GRAPO: UN HISTORIAL DE SANGRE CON LA "REVOLUCION POR LAS ARMAS" COMO META

MADRID
SERVIMEDIA

El 1 de octubre de 1975 marca el bautismo de sangre de la banda terrorista GRAPO (Grupos Revolucionarios Antifascistas Primero de Octubre). Ese día, cuatro policías fueron asesinados en distintos puntos de Marid, como respuesta a los fusilamientos de dos activistas de ETA y tres miembros del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista Patriótico).

Sus miembros, procedentes muchos de ellos de clases desfavorecidas con origen en los extrarradios de las grandes ciudadades -Madrid, Barcelona y Valencia-, pretendieron hacer la "revolución por las armas", según su propia propaganda, y a imagen y semejanza de grupos terroristas de la época, como el alemán "Baader Meinhof" o el italiano "Brigadas Rojas".

Hasta inales de 1977, la organización terrorista se había responsabilizado de doce asesinatos. En 1978, los GRAPO mataron a otras seis personas y en 1979, el año más "negro" de la banda, a 28 personas.

En este mismo año destaca la masacre de la cafetería "California 47", de Madrid, en la que ocho personas perdieron la vida. En 1986 comienzan los atracos a bancos. La organización pasaba por momentos difíciles y necesitaba con urgencia preveerse de fondos.

1987 fue tranquilo, pero en 1988 se registra la ntrada en acción de Laureano Ortega y, con él, la práctica del indiscriminado tiro en la nuca de sus víctimas.

La huelga de hambre iniciada el 2 de diciembre de 1989 por cincuenta de los 81 presos que en esa fecha cumplían penas en distintas prisiones, fue interpretada por la policía como el último coletazo del grupo.

Sin embargo, a finales de ese mes eran identificados Fernando Silva Grande y María Jesús Romero Vega, como presuntos responsables del asesinato de dos guardias civiles en Gijón.

El presunto "tiro de gracia" a los GRAPO se anunció tras la desarticulación de uno de los dos "comandos itinerantes" que le quedaban a la organización el 26 de octubre de 1990 en Madrid.

En esa ocasión, se detuvieron a cinco activistas, entre los que se encontraban Fernando Silva Grande, María Jesús Romero Vega y Jesús Cela Seoane, los tres con un amplio historial a sus espaldas.

Fernando Silva, acusado de cinco asesinatos, se fugó a finales de marzo pasado de la cárcel de Granada a través de unboquete que abrió en la celda de aislamiento en que estaba internado.

Un mes después, el GRAPO perpetró su último atentado hasta la fecha. El 30 de abril de 1992, dos miembros de la Guardia Civil resultaron heridos al hacer explosión una bomba colocada en el Ministerio de Trabajo. Minutos antes, había explosado otro artefacto de menor potencia en el INI.

(SERVIMEDIA)
05 Dic 1992
JRN