BBVA, por ejemplo, subvenciona hasta el 50% del coste del tratamiento a todos los empleados que quieran dejar de fumar (cuenta con más de 30.000) y la totalidad del mismo siempre que éste justifique que en un año no ha vuelto a fumarse un cigarro.

La entidad financiera inició en 2004 acciones informativas entre sus empleados con el objeto de que abandonaran el consumo de tabaco. "Vigilancia de la Salud", el portal de salud ubicado en la intranet del banco, que ofrece pautas para dejar de fumar, ha sido visitado por 11.000 personas, desde 2004.

De forma parecida funciona el Servicio Mancomunado de Prevención de Telefónica, que "valora y adopta las medidas terapéuticas más oportunas para aquellos fumadores que no soporten bien las horas de abstinencia", según informa la propia compañía.

Si el médico de la compañía considera oportuno que el trabajador fumador tome medicamentos para abandonar el hábito se los facilitará sin coste alguno para él.

También cuenta con información on line en el portal del empleado, que incluye legislación, consejos prácticos para dejar de fumar, un test de hábito tabáquico, así como teléfonos y direcciones de las clinicas del servicio de prevención.

Por su parte, Unión Fenosa comenzó a promover campañas de deshabituación tabáquica para sus empleados en el año 2002. Desde entonces se han apuntado más de 150 trabajadores.

Esta eléctrica paga una parte de la deshabituación que varía en función del centro elegido por el trabajador y de la zona geográfica en donde se encuentre. En cualquier caso, y según fuentes de la citada empresa, Fenosa prefiere que el empleado pague parte del tratamiento, porque es una forma de fidelizar el mismo.

La más precoz de todas las empresas fue IBM, que puso en marcha una campaña para que sus trabajadores dejaran de fumar en el año 2001, cinco años antes de que entrara en vigor la ley antitabaco.