La secretaria de Transporte, Helen Liddell, declaró a la BBC que "hemos escuchados los testimonios del personal aerolíneas, y todo el mundo parece consciente de que ha habido un importante incremento en el número de incidentes dentro de aviones".

Liddell añadió que la normativa que tiene previsto aprobar el Gobierno británico pretende tener un efecto disuasorio "para aquéllos que se comportan de manera tan desagradabl en aviones y, además, se ofrecerá cierto grado de seguridad a los tripulantes de las líneas aéreas".