El borrador del proyecto ha sido elaborado por un reducido grupo de trabajo, liderado por David King, asesor científico del gobierno deTony Blair,tras una reunión de los ministros y consejeros de ciencias de los países del G8 el pasado año.

El código pide a los científicos rigor, honestidad e integridad en su labor, que adopten medidas para prevenir las prácticas corruptas y las malas conductas y que declaren los conflictos de interés.

El documento establece como obligaciones de los investigadores garantizar que su trabajo es legal, minimizar y justificar potenciales efectos adversos de su trabajo sobre las personas, los animales o el medio ambiente e informar sobre su trabajo con honradez y precisión.

Martin Taylor, vicepresidente de la Royal Society, la sociedad nacional de la ciencia del Reino Unido, hasubrayado que el documento tiene por objetivo ser una declaración pública de los valores y responsabilidades de los científicos, y una herramienta para que cualquier miembro de la comunidad investigadora, pueda denunciar si se están violando sus directrices.

Taylor también ha añadido que el texto podría convertirse en la base para futuros códigos que regulen el funcionamiento las organizaciones profesionales que trabajan en diversos ámbitos de la ciencia y en materia de estudio para los alumnos de educación secundaria y cursos de orientación universitaria,tras los recientes cambios de los programas de estudios de ciencias, que ponen ahora un mayor énfasis en sus principios éticos.

Para que sea plenamente efectivo, la Royal Society ha propuesto que el código vaya acompañado por ejemplos prácticos de su utilización.