Según datos del ejecutivo, los 17 millones de toneladas de comestibles que se desechan cada año, tienen un valor de 29.381 millones de euros, y representan un tercio del total de residuos que se producen en el país.

Al menos un 25% de estos alimentos serían aptos para el consumo humano, o podría transformarse en pienso para animales, abonos y energía. El coste de transportar estos residuos hasta los vertederos se eleva a más de 257 millones de euros al año.Cada año se registra un aumento del 15% en la cantidad de residuos alimentarios.

Los métodos modernos para la producción, aparentemente eficientes, están creando cantidades significativas de desechos, debido a los métodos de fabricación a gran escala y la rigidez de los canales de distribución, que descartan los productos cuyo aspecto no sea atractivo para el público.

Las organizaciones benéficas denuncian esta situación, y subrayan que cuatro millones de británicos no pueden permitirse una dieta sana, y uno de cada siete mayores de 65 años sufren un elevado riesgo de malnutrición.

Según la organización de voluntariado FairShare, dedicada a recuperar los excedentes procedentes de restaurantes, supermercados y bares, los alimentos aptos para el consumo que se tiran cada año podrían alimentar a 250.000 personas.