GONZALEZ PROMETE QUE LOS IMPUESTOS DIRECTOS SE CONGELARAN A PARTIR DE 1993

MADRID
SERVIMEDIA

El presidente del Gobierno, Felipe González, aseguró hoy en el Congreso de los Diputados, durante el discurso de apertura del debate sobre el estado de la Nación, que los impuestos directos no subirán a partir de 1993.

González explicó las líneas generales del plan de convergencia con l CE, que será presentado en el Parlamento por el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, en los próximos días, y dijo que se centrará especialmente en la reducción de la inflación y en la contención del déficit público.

El máximo responsable del Gobierno insistió en conseguir la convergencia real con los países más desarrollados de la CE pasa necesariamente por cumplir las condiciones sobre inflación, déficit público, volumen de deuda y tipos de interés fijados en la "cumbre" de Maastricht. Insistió en que las que requieren el mayor esfuerzo son la reducción de la inflación y la contención del déficit público, ya que la relativa al volumen de deuda ya la cumple España y las otras dos dependen de que se alcance o no la convergencia en precios con Europa.

Felipe González hizo un nuevo llamamiento a la moderación salarial y advirtió que el aumento de las remuneraciones no siempre repercute sobre los precios, sino que "también amenaza directamente los puestos de trabajo y la supervivenci de las empresas".

COSTES LABORALES

Según el presidente del Gobierno, "cuando hay divergencia con Europa en menor productividad y aumento de los costes laborales, esto se traduce en pérdida de competitividad, pérdida de cuota de mercado y caída de la creación de empleo".

Añadió que a los empresarios y a los trabajadores corresponde articular una política de rentas "acorde con las posibilidades del país", porque "no podemos permitirnos el lujo de que los precios y costes crezcan más que en el reto de Europa".

A su juicio, una reducción media de 0,5 puntos en el IPC cada año "nos permitiría entrar en el 96 por debajo de la zona de riesgo para entrar en la Unión Económica y Monetaria en 1997".

Para reducir el déficit público González anunció que el Gobierno mantendrá constante la presión fiscal individual en los próximos años en los niveles de 1993, cuando ya esté funcionando plenamente el nuevo IRPF y se haya producido la armonización de la imposición directa con la CE.

El objetivo el Gobierno es situar el déficit del conjunto de las Administraciones Públicas en el 1 por ciento del PIB, dos puntos por debajo del máximo fijado para acceder a la última fase de la Unión Económica y Monetaria, el 1 de enero de 1997.

Para lograr dicho objetivo, el plan de convergencia prevé una reducción del gasto corriente de las Administraciones públicas, la reducción de las pérdidas acumuladas por las empresas públicas, con la congelación del volumen de recursos públicos que reciben estas empresas y un mayor control del gasto en sanidad y del Inem.

PRESUPUESTOS LIMITATIVOS

Felipe González señaló que las desviaciones en el gasto en salud y del Inem "son insostenibles si queremos garantizar que España disponga de una cobertura razonable de desempleo y sanidad pública". Explicó que se transformará el actual modelo de la sanidad, de manera que el Insalud quedará como centro de organización de la sanidad y los hospitales serán unidades de gestión autónomas.

Igualmente, anunció que en los próimos años se aprobarán unos presupuestos limitativos para el Inem, que no asuman nuevas coberturas, y que la reforma de este instituto conllevará modificaciones en relación a los períodos de contratación y la cobertura de los parados.

Frente a estos recortes, González aseguró que el Gobierno mantendrá el esfuerzo del gasto en infraestructura en el 5 por ciento del PIB, así como el gasto en formación, pensiones y sectores marginados.

Pero para González, la competitividad de la economía española nosólo depende del comportamiento de los grandes indicadores de la economía, sino también de la organización de la producción y los servicios de la empresas, de la innovación tecnológica y de la capacidad exportadora de las empresas españolas.

El presidente del Gobierno insistió en que el logro de todos los objetivos que recoge el plan para converger con Europa significan un fuerte esfuerzo inversor y la colaboración de empresarios, trabajadores, administraciones públicas y sociedad en general.

Advrtió que "las negativas a participar en el plan no serán un obstáculo para avanzar en este proyecto los que lo deseen. La ocasión que tiene España de tomar el tren de la convergencia es tan importante que no se puede regatear ningún esfuerzo".

González se refirió a la ley de huelga y dijo que el Gobierno ha dado ya luz verde a un proyecto de ley para regular el derecho al ejercicio de la huelga que "se consultará, negociará o dialogará con los interlocutores sociales para traerlo después al Parlamento.

CRITICAS DE GUTIERREZ

Por otra parte, el secretario general de CCOO, Antonio Gutiérrez, anunció hoy que el presidente del Gobierno ha remitido una carta a UGT y CCOO en la insta a los sindicatos a negociar el problema de la industria española "empresa por empresa".

Esta carta es la respuesta a la petición de abrir una negociación para tratar el problema de la industria española formulada por Antonio Gutiérrez y Nicolás Redondo, secretario general de UGT, en la reunión que mantuvieron con Felie González el pasado día 4.

En declaraciones realizadas a la cadena SER, Gutiérrez señaló que "parece que para el Gobierno el problema industrial no existe, que es una leve coyuntura circunscrita a 1991 y nos remite a negociar empresa por empresa, con algunas conversaciones que puedan darse conn las federaciones de industria".

Para el líder de CCOO, la decisión de González "es decepcionante" y demuestra que "el Gobierno no está por la labor de lograr que este país se incorpore a los países más dearrollados de Europa".

Gutiérrez criticó el plan de convergencia del Gobierno, cuyas medidas dificultan, a su juicio, el diálogo con los sindicatos. "No estamos ante un plan que pide esfuerzos equitativos a todo el mundo y que no va a perjudicar a nadie", añadió.

En su opinión, "desgraciadamente lo que tenemos es un nuevo plan de ajuste que impone sacrificios a los trabajadores reduciéndoles las prestaciones sociales en los próximos años, reduciendo la inversión pública que pudiera crear empleo ycon esta amenaza inmediata de recortar las prestaciones a los parados".

(SERVIMEDIA)
24 Mar 1992
NLV