González subrayó que "no podemos permitirnos ninguna debilidad de quienes quieren hacer de la raza, de la ideología y de la discriminación social una forma de dominación y de prepotencia. No podemos permitirnos ningún gesto de condescendencia ante qienes se sirven de la democracia para sembrar la semilla de la destrucción y de la xenofobia".

El jefe del Ejecutivo pronunció estas palabras durante la ceremonia de homenajes a los españoles que participaron, junto a la resistencia francesa, en la expulsión de las tropas de ocupación alemana de la región de Ariege.

González, que acompañó al jefe del Estado francés François Mitterrand a la pequeña localidad de Prayols, inauguró el monumento bautizado con el nombre de "Manolo valiente", en memoriadel coraje de quienes en el exilio se sumaron al maquis.

A su llegada a este municipio, alrededor de 400 personas recibieron al presidente del Gobierno al grito de "Isidoro, Isidoro, Felipe, Felipe".

Por su parte, Mitterrand puso de relieve que la existencia de problemas como el de la pesca no deben enturbiar las excelentes relaciones entre los dos países porque, a su juicio, "son cuestiones cotidianas que no tienen que obligar a los dos Gobiernos a adoptar decisiones especiales".