ESTATUTO CATALUÑA

EL GOBIERNO VE A LOS PARTIDOS CATALANES "MUY RECEPTIVOS" AL ACUERDO PESE AL APARENTE RECHAZO DE CiU

MADRID
SERVIMEDIA

El Gobierno percibe en los partidos políticos catalanes una actitud "muy receptiva" ante la posibilidad de llegar a un acuerdo sobre la reforma estatutaria, pese a la aparente división entre el tripartito y CiU.

En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, apenas otorgó trascendencia al hecho de que CiU se haya desmarcado del acuerdo que permitió la aprobación del texto en el Parlamento de Cataluña.

Pese a que Artur Mas dio por roto ese acuerdo y aseguró que CiU no aceptará modificaciones del texto, la vicepresidenta aseguró que el Gobierno ve "una actitud muy receptiva a la negociación por parte de los representantes de las distintas formaciones catalanas".

Pese a las declaraciones de Mas, la vicepresidente se quedó con "comentarios muy favorables sobre el diálogo" expresados días atrás por el propio líder de CiU, y utilizó esas palabras para llamar de nuevo a este partido al acuerdo.

"Esta es una negociación que inicia el camino de un posible acuerdo" por el que el Gobierno trabajará "sin descanso" y al que desea que se sume "todo el mundo, incluido el PP".

La vicepresidenta pidió expresamente al principal partido de la oposición que abandone "el aislamiento en el que se ha colocado".

"Con el PP España se rompía hace treinta años, porque ya entonces se opusieron al Título VIII de la Constitución y al Estatuto de Autonomía de Andalucía", subrayó Fernández de la Vega.

Pese a las reticencias del PP a sumarse a su acuerdo y a las advertencias de este partido sobre la utilización de todos los métodos políticos posibles para impedir la aprobación de ese texto, la vicepresidenta insistió en que la presente es "una magnífica ocasión" para que todos los partidos se coloquen "donde la inmensa mayoría de los ciudadanos quieren que estén, en el entendimiento".

Para ello, pidió "un esfuerzo de todos" para serenar el debate, lo cual no significa, precisó, cercenar un interambio de ideas y reflexiones que no sólo es conveniente, sino necesario en democracia.

El debate, reiteró, debe abordarse "con respeto y en el lugar adecuado". "Debatir, dialogar, significa hablar, no gritar. Cuando uno quiere acordar lo que hace es reflexionar, escuchar, proponer... Pero cuando quiere confundir, asustar y crispar lo único que hace es gritar y alborotar para que el ruido tape el razonamiento".

Ese mensaje lo dirigió la vicepresidenta "a todo el mundo", sin distinciones, después de que muchos dirigentes, también socialistas, hayan expresado con mayor o menor virulencia sus opiniones sobre la reforma estatutaria.

Haciendo honor a su petición de serenar el debate, la vicepresidenta no quiso pronunciarse sobre ninguna de esas expresiones, y mucho menos sobre las que supuestamente vertieron Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Pasqual Maragall y José Bono ofrecida por el presidente portugués y en la que estaban también el presidente del Gobierno español y el rey.

"Desconozco esa discusión", respondió escuetamente la vicepresidenta, salvo "alguna cosa que he leído en algún medio de comunicación".

Sobre el intento frustrado de Pasqual Maragall de remodelar el Gobierno de la Generalitat, Fernández de la Vega se limitó a recordar que esas son decisiones de los presidentes sobre las que nada tiene que decir.

(SERVIMEDIA)
21 Oct 2005
CLC