EL GOBIERNO VALORA QUE IBARRETXE ADMITA QUE SU REFERENDUM CARECERIA DE VALIDEZ JURIDICA
- Le advierten de que caerá sobre él "toda la firmeza del Gobierno y toda la fuerza de las leyes democráticas" si sigue adelante con su plan
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El Gobierno valora como un avance el hecho de que el "lehendakari", Juan José Ibarretxe, haya reconocido por primera vez públicamente que su consulta a los ciudadanos sobre la reforma estatutaria carecería de validez jurídica y su relevancia sería únicamente política.
Este reconocimiento lo hizo el "lehendakari" en su comparecencia ante los medios de comunicación después de tres horas y cuarenta minutos de reunión con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en La Moncloa.
Fuentes gubernamentales reconocieron que dan mucha importancia a este reconocimiento de Ibarretxe, aunque la vicepresidenta primera y portavoz del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, evitó pronunciarse abiertamente sobre ello al ser preguntada en la rueda de prensa que ofreció tras la del "lehendakari".
"Siempre es mejor decir eso que otra cosa", se limitó a responder la vicepresidenta, después de reiterar que uno de los argumentos más esgrimidos por Rodríguez Zapatero a Ibarretxe es que sólo tienen cabida los referendos convocados según la legalidad vigente.
El "lehendakari" hizo hincapié en la negativa del presidente a abrir el proceso de negociación formal solicitado personalmente por él mismo, y en la reiterada advertencia de que su iniciativa será sometida a consulta popular al margen de lo que decida el Congreso de los Diputados.
La vicepresidenta confirmó esta versión al asegurar que el presidente garantizó a Ibarretxe su colaboración si decide "empezar de nuevo", buscar el consenso y respetar el marco constitucional, como ocurre en Cataluña, precisó, respondiendo con ello a las numerosas alusiones de Ibarretxe a lo que sucede en esta comunidad autónoma.
FIRMEZA DEL GOBIERNO
En caso de que opte por "empecinarse en el error", dijo Fernández de la Vega, el "lehendakari" tendrá enfrente "toda la firmeza del Gobierno y toda la fuerza de las leyes democráticas".
Sin embargo, la vicepresidenta no quiso precisar hasta dónde llegaría esa fuerza. No es necesario hablar de artículos constitucionales concretos, añadió, porque el "lehendakari" los conoce todos perfectamente.
Tampoco quiso Fernández de la Vega avanzar la respuesta del Gobierno ante eventuales pasos que pudiera dar el "lehendakari", pero eso no significa, aclaró, que el Ejecutivo no tenga analizado cuál debe ser su reacción ante cualquiera de esos pasos. Simplemente, aclaró, se está evitando que esos escenarios, "que esperamos que no se produzcan", puedan ser "alentados".
El clima de la reunión fue "correcto" y sirvió para que tanto el presidente como el "lehendakari" se expusieran en privado los argumentos que ambos han reiterado públicamente: por un lado, la defensa de la iniciativa, y, por otro, la advertencia de que divide a los vascos, suscita rechazo en el resto de España, vulnera la Constitución española y la europea, y es, en definitiva, "un callejón sin salida".
Al igual que el "lehendakari" sentenció que mientras él ocupe ese puesto la voluntad de los vascos no será nunca sustituida por la del PP o la del PSOE, el presidente le aseguró abiertamente que mientras él esté en La Moncloa esta iniciativa no se aprobará y, por tanto, "jamás se aplicará".
El simple hecho de hablar, dijo la vicepresidenta, siempre es positivo, y el presidente mantiene su esperanza de que sus argumentos "calen" en el "lehendakari", consciente de que el arma más poderosa en democracia es la exposición de argumentos para tratar de convencer.
La vicepresidenta llamó también al Partido Popular a la "responsabilidad" y a mantener una reacción similar a las que el PSOE tuvo desde la oposición. En algunas ocasiones, dijo, da la impresión de que el principal partido de la oposición está más interesado en criticar y tratar de erosionar al Gobierno que en frenar el "plan Ibarretxe".
Ese freno, insistió, debe llegar en este momento del Congreso de los Diputados, y no del Tribunal Constitucional. La solución, dijo, debe alcanzarse mediante los procedimientos establecidos en democracia y en este caso, además, con una combinación equilibrada de "firmeza y prudencia".
(SERVIMEDIA)
13 Ene 2005
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