Lo dijo en una rueda de prensa en San Sebastián en el marco de un encuentro europeo sobre economía social al ser preguntado por las informaciones que publican este lunes algunos medios sobre que el Gobierno habría remitido a Bruselas una reforma de las prestaciones por desempleo. Dicho sistema estaría basado en subsidios más altos al inicio que irían menguando paulatinamente para incentivar a los perceptores a encontrar trabajo.

Aunque explicó que es una reforma en la que “obviamente estamos trabajando para llevarla a cabo cuanto antes”, desmintió estas informaciones y aclaró que “no hay un modelo cerrado” en la actualidad.

Además, indicó que “desde luego en lo que no se está trabajando es en una reforma que estigmatice a los parados o que considere que la gente cobra un subsidio de poco más de 400 euros porque no quiere trabajar, o que se incorpora voluntariamente a la economía sumergida o también denominada ‘economía B’ para mantener un subsidio”.

En su opinión, “es un dislate” pensar que hay quienes prefieren cobrar un subsidio que trabajar. “En España, la gente que no trabaja es porque no tiene trabajo, no porque no quiera o porque tenga que vivir de 400 euros que no permite tampoco una vida demasiado holgada”, remarcó.

Antes del desmentido, en una rueda de prensa para presentar un informe sobre el coste del despido en España, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, criticó que “el Gobierno, de manera reiterativa, acude a los informes que envía a Bruselas para obviar que estos son debates nacionales, que corresponden en primer lugar al diálogo social y, en segundo, al ámbito legislativo”.

A su juicio, el “problema” no son los subsidios, a los que tildó de “escasos”, sino que “el grave problema” son los servicios de empleo. En este punto, sentenció que no son “ágiles” ni acompañan y “tutorizan” a los desempleados para encontrar trabajo.