Tras el encuentro anterior, que tuvo lugar el pasado lunes, el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, anunció que se iban a celebrar reuniones semanales de la mesa de diálogo social para tratar de pactar la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales ante la “falta de avances” de la negociación bilateral que hasta el momento estaban desarrollando los sindicatos y la patronal.

Además, explicó que los propios interlocutores sociales son los que han advertido a Trabajo de la “falta" de avances en la mesa bipartita. Por esta razón, aseguró que “ahora entendemos” que es la mesa con el Ministerio la que debe continuar con la tarea hasta "culminar" con un texto.

"A partir de ahora, la mesa se reunirá todas las semanas hasta que podamos alcanzar un acuerdo con los interlocutores sociales", adelantó Pérez Rey, quien explicó que todavía no se habían presentado textos para dar más pie a la negociación bilateral. Esto ha cambiado y, como novedad para esta reunión, los agentes sociales recibieron el viernes la primera propuesta por escrito del departamento dirigido por Yolanda Díaz.

El texto, a cuyos detalles ha tenido acceso Servimedia, plantean que esta reducción se llevará a cabo no con un tope semanal, sino en cómputo anual. Al mismo tiempo, el texto no prevé elevar las horas extra permitidas legalmente en España, idea que se puso sobre la mesa de negociación como posible gancho para atraer a la patronal a un acuerdo a tres bandas.

HORAS EXTRA

Precisamente, uno de los mayores escollos es “si la reducción de jornada debe ir acompañada o no de algún tipo de compensación en el ámbito de la distribución irregular de la misma o en el ámbito del uso del trabajo de las horas extraordinarias”. Es decir, que la CEOE estaría planteando en la mesa reducir jornada a cambio de que se aumente el tope legal de horas extra.

“Yo creo que ahí seguramente hay disparidad de opiniones entre las organizaciones patronales y las sindicales, y desde luego tampoco puedo ocultar que es un elemento sensible para el Gobierno. Para nosotros también tiene muchas dificultades buscar elementos de compensación que pasen por incrementar las horas extraordinarias en nuestro país”, apuntó el secretario de Estado.

En su opinión, las horas extra en España no son “un remedio”, sino “una lacra” por el “abuso constante” que se hace y, en muchos casos, sin que ni siquiera se paguen al empleado.

De esta forma, reveló que la cuestión de las horas extra estará sobre la mesa, aunque advirtió: “El Gobierno descarta desde el inicio y tajantemente intercambiar jornada ordinaria por jornada extraordinaria. Ese intercambio para nosotros es imposible y no lo incorporaremos a la mesa”.

Por el momento, CCOO se ha mostrado totalmente contraria a elevar las horas extra, mientras UGT ha puesto de relieve que es un asunto que está sobre la mesa, pero que no va a abordarlo hasta que la patronal no diga primero si realmente quiere aceptar la reducción de la jornada en 2,5 horas semanales. Asimismo, ha sido muy claro al trasladar que en todo momento se salvaguardará la “unidad de acción” con CCOO.

QUE SE CAMBIE

Por su parte, Garamendi se defendió este jueves de las críticas sindicales por asegurar que si se modifica la jornada laboral podrá pedir a un futuro Gobierno que revierta los cambios, ya que “cuando algo no nos gusta, lo decimos” y “tenemos el derecho a decir que el día que pueda ser, que se cambie”.

“Tengo todo el derecho a decirlo en nombre de las empresas españolas, de los empresarios y las empresarias de este país, y de hecho, como muestra, un botón: los sindicatos durante muchos años han estado diciendo que había que derogar la reforma laboral y a nadie le molestó”, manifestó a los medios Garamendi desde Cartagena.

Además, volvió a criticar el modo en que el Ministerio de Trabajo está gestionando la negociación de la reducción de la jornada laboral, censurando que se sepa el resultado del diálogo antes de que se iniciara, pues Yolanda Díaz ya sentenció que el tiempo de trabajo se reducirá a 37,5 horas semanales.

“Llamarle diálogo social al monólogo social tiene su aquel”, denunció Garamendi. Al respecto, sostuvo que no va a “quitar ninguna legitimidad” al Parlamento para aprobar leyes, pero advirtió de que “si el gobierno tiene prisa”, que adopte la medida, pero “que no hable de diálogo social”.

LOTERÍA

Así las cosas, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, destacó que de las declaraciones del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, “se desprende una cosa muy clara”, que es que quiere esperar a ver “si le toca la lotería” y cambia el Gobierno y no se reduce la jornada laboral, mientras que el líder de CCOO, Unai Sordo, pidió a la patronal “que no se meta en política”.

Finalmente, Yolanda Díaz trasladó a Garamendi que ni siquiera el PP votó en contra cuando se debatió en el Parlamento una proposición no de ley (PNL) sobre la reducción de la jornada. Únicamente vox se opuso.

"¿Quiere esto decir que el presidente de la patronal española está en las tesis de Vox? Espero que no. Le pido lealtad. Y como siempre digo, si alguien quiere hacer política, lo que tiene que hacer es presentarse a las elecciones”, lanzó Díaz.

Al mismo tiempo, insistió en que debe tener “lealtad” con la mesa en la que están sentados y le reclamó que “respete la democracia”, porque “la CEOE no pone ni quita gobiernos en España”.