En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Cabanillas no ha querido hacerse eco de las informaciones, según las cuales Pujol transmitió a Aznar su preocupación porque medidas del Gobierno, como la ley de Universidades, dejan entrever una regresió autonómica.

Desde el Ejecutivo se admite que cada parte intenta, de forma legítima, resaltar lo que le parece de los hechos políticos, y por eso el ministro ha preferido quedarse con la idea de que el encuentro se produjo en un clima "cordial y constructivo" que ha traído consigo "períodos de entendimiento y trabajo en común muy claros".

Respecto al hecho de que la entrevista se celebrara en secreto, el portavoz ha negado que ello deba suponer que ambos prefieren unas relaciones opacas. Ha pedid "respeto" para la decisión de Aznar y Pujol de no hacer público el día y hora de su encuentro.

Preguntado por la circunstancia de que esa reunión se celebrara el martes, un día después de la reunión entre Aznar y el `lehendakari`, Juan José Ibarretxe, el ministro portavoz le ha quitado cualquier intencionalidad política a la coincidencia.

En cuanto a la agenda de temas abordados, el ministro resaltó que hubo un repaso general de temas pendientes y no un "apartado específico" sobre el posible papl de Pujol durante el semestre de Presidencia española de la UE, en el primer semestre de 2002.