Al ser preguntada en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, no quiso calificar casos concretos, pese a los últimamente denunciados y que afectan a municipios de distinto color político.

"Al Gobierno, la corrupción urbanística, cualquier corrupción, le parece repugnante", porque nada atenta más contra la esencia democrática, y más cuando proviene de servidores públicos.

Por eso, agregó, el Gobierno "no está dispuesto a tolerar ninguna forma de corrupción", una posición que se ha demostrado "con hechos".

Entre esos hechos, señaló la disolución de la corporación municipal de Marbella. Probablemente no es suficiente, dijo, pero desde el Gobierno se seguirá haciendo todo lo que esté "en nuestras manos".

"Nos gustaría que todos tuvieran la misma actitud tajante, de tolerancia cero" hacia la corrupción, añadió la vicepresidenta, que pidió también a los ciudadanos que eviten un juicio "generalizado" a los cargos públicos, porque la mayoría de ellos ejercen su función "con total honradez, dedicación y esfuerzo".

La vicepresidenta no quiso comentar las declaraciones del PP de que los casos conocidos últimamente salpican más al PSOE que a la oposición. "No vale todo en democracia" y esas palabras "se comentan por sí solas".

Pidió "un poco de respeto a los ciudadanos y a las fuerzas políticas", y rechazó un cambio de competencias sobre el suelo para evitar esos casos. La clave, dijo, es la cooperación entre administraciones.