El objeto de esta nueva normativa es cumplir el mandato contenido en la Ley Reguladora del Régimen Fiscal de as Cooperativas, que ordena al Gobierno la adaptación de las disposiciones que regulan la tributación sobre el beneficio consolidado de los grupos de sociedades a las especialidades de las sociedades cooperativas.

El real decreto remite a las normas reguladoras del régimen de tributación sobre el beneficio consolidado de los grupos de sociedades, con las salvedades debidas a las peculiaridades de las sociedades cooperativas.

Los dos problemas que ha tenido que abordar esta nueva norma son la defiición del grupo de sociedades fiscalmente consolidable y la propia técnica de consolidación.

Así, el grupo de sociedades cooperativas consolidables se define en torno a una entidad cabeza de grupo, exigiendo además que las cooperativas del grupo estén unidas por pactos de redistribución solidaria de los excedentes.

Respecto a la técnica de consolidación adoptada, el Gobierno ha optado por un sistema de consolidación de cuotas tributarias, en lugar de un sistema de consolidación de bases imponible.

A juicio del Ejecutivo, esta elección era necesaria dado que al tratarse de grupos cooperativos no están previstas ni son obligatorias las técnicas de consolidación contable que sirven de soporte técnico para la determinación de la base imponible de los grupos de sociedades.

Además, existen peculiaridades que afectan a la tributación de las sociedades cooperativas, como la compensación fiscal de cuotas negativas, la distinción entre resultados cooperativos y extracooperativos y la posible coexitencia en un mismo grupo de cooperativas protegidas, especialmente protegidas o incluso no protegidas, que se resuelven mejor a través de la técnica de consolidación de las cuotas tributarias.