Tras una reunión urgente en la que Fernández de la Vega ha convocado a los ministros de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, así como a otros altos cargos con competencias en inmigración, el Gobierno ha decidido "reconducir" la situación fortaleciendo cuatro frentes: las repatriaciones, las medidas de seguridad, la cooperación con los países de origen y la mejora de la atención humanitaria.

En relación con el refuerzo de la seguridad de nuestras fronteras, Fernández de la Vega explicó que se va a aumentar el número de aviones de reconocimiento, y se podrá en marcha un dispositivo de vigilancia a través de un satélite, que permitirá a las autoridades obtener un información más precisa de la situación.

Asimismo, la vicepresidenta primera del Gobierno insistió en que la política de repatriaciones será uno de los ejes fundamentales del Gobierno para frenar la inmigración ilegal, "una política que, por supuesto, se llevará a cabo con el máximo respeto a los derechos humanos".

"El objetivo es la entrada legal, rigurosa y ordenada de inmigrantes, de manera que se facilite su integración. En España sólo habrá inmigrantes legales. El que entre irregularmente, antes o después, saldrá", aseguró Fernández de la Vega.

Por otro lado, el Gobierno pretende mejorar la relaciones diplomáticas con el África subsahariana. Así, en las próximas semanas enviará diez diplomáticos a este áerea para que lleven a cabo un trabajo sistemático que facilite la lucha contra la inmigración ilegal.

Fernández de la Vega dio también una explicación a la fuerte ola de inmigrantes que estos días ha vivido Canarias: tras el incremento de los dispositivos para impedir la entrada de ilegales en Ceuta y Melilla durante el pasado otoño, la presión migratoria se ha desplazado hacia el archipiélago canario.