La vicepresidenta primera y portavoz del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, fue preguntada por ambos asuntos durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros.

Después de que la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, sugiriera la posible aceptación del término "miembra", la vicepresidenta reconoció la importancia del lenguaje y del debate sobre el sexismo en el idioma, pero trató de zanjar la discusión "semántica".

Para ello, alertó de que lo relevante es el trabajo del Gobierno, también de Aído, en la búsqueda de la igualdad real entre hombres y mujeres en todos los ámbitos. "Hemos avanzado mucho, pero existe un trecho largo por recorrer", indicó.

Precisamente Aído sometió a la reunión del Consejo de Ministros varios informes sobre la sensibilización acerca de los malos tratos y sobre ayudas a las pymes para implantar planes de igualdad, que en opinión de Fernández de la Vega muestran ese empeño.

Fernández de la Vega no quiso alimentar la polémica sobre las reflexiones de Aído y tampoco sobre las de Alfonso Guerra, que relativizó el debate sobre los malos tratos a las mujeres al cuestionar que la sociedad deba ponerse "de rodillas" en cuanto una mujer se declara víctima de la violencia.

La vicepresidenta prefirió subrayar su acuerdo con algunas de las frases literales de Alfonso Guerra sobre ese mismo asunto, por ejemplo, la constatación de que es "un drama terrible" o la necesidad de perseguir a los maltratadores "con todas las de la ley".

Ante las mujeres maltratadas, dijo Fernández de la Vega para destacar su pleno acuerdo con Guerra, no hay que ponerse de rodillas, sino "a su lado, de pie, para plantar cara", y ahí es donde está la sociedad española y el Gobierno.