Según explicó la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, el objetivo es "incentivar la adquisición de vehículos y mantener el empleo" en el sector.

Preguntada sobre si de esta iniciativa podrán beneficiarse igualmente los compradores de motocicletas, De la Vega aseveró que se trata de algo "que se está estudiando", sin que por el momento se haya decidido nada.

El importe de las subvenciones previstas en el Plan es de 500 euros por vehículo; 1.000 euros financiados por el fabricante o el importador del vehículo adquirido y otros 500 euros por la comunidad autónoma que decida sumarse a la iniciativa.

Las ayudas se concederán a las adquisiciones de vehículos que se realicen desde el pasado 18 de mayo y hasta el 18 de mayo del próximo año o hasta que cubra la venta de 200.000 vehículos.

El Ejecutivo estima que esta renovación del parque automovilístico equivale a un ahorro equivalente anual de 161.000 toneladas de CO2, lo que equivale a plantar 36 millones de árboles, y de 550.000 barriles de petróleo que, al precio actual, representan un coste de 26 millones de euros.

Para poder acogerse a estas ayudas el precio de adquisición de los vehículos no superará los 30.000 euros. Además, el beneficiario tendrá que dar de baja un vehículo de una antigüedad mínima de 10 años o un kilometraje mínimo de 250.000 Kilómetros.

El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio realizará las actuaciones de seguimiento y control de las ayudas y designará una entidad colaboradora para su gestión y liquidación mediante concurso.

Así, el agente de ventas se hará cargo de la documentación requerida al comprador y cada 15 días solicitará los fondos del Ministerio correspondientes a las operaciones que haya realizado a la entidad colaboradora.

Además, el departamento que dirige Miguel Sebastián ofrecerá a las regiones que lo deseen los servicios de la entidad colaboradora para evitar que los concesionarios tengan dos interlocutores y dos pagadores.