Martín aseguró que este tipo de rentas son las grandes beneficiarias del fraude tributario y se mostró convencido de que Hacienda podría acabar con él si utilizase la información que le facilitan desde hace años las entidades financieras.

En su opinión, no es de recibo que el segmento de la población que vive preponderantemente de las rentas del trabajo tenga que financiar el gasto púlico de toda la comunidad, mientras otros sectores sociales practican la evasión fiscal.

"El Estado dispone de información para acabar con el fraude en las rentas del capital. ¿para que llevamos años dando información las entidades de crédito? ¿para que no se use?", se preguntó el directivo del Popular.

Martín criticó también el pacto de progreso propuesto por el Gobierno e hizo votos para que no salga adelante, por entender que la competitividad no es un factor que se mejore mediante acuerdos enre los interlocutores sociales.

En su opinión, el objetivo del pacto era ganar "tiempo político", cuando lo que debería hacer el Ejecutivo es aplicar las reformas estructurales necesarias en la economía española, sin necesidad de pactarlas, "y el que no sea capaz de aguantar, que se hunda".

Subrayó que lo verdaderamente necesario para fomentar la competitividad no son los costes salariales sino alcanzar un compromiso social para mejorar la calidad de los productos y erradicar "la chapuza".

EL PPULAR NO SE FUSIONARA

Manuel Martín hizo estas manifestaciones en la presentación de la información financiera del Banco Popular correspondiente al segundo trimestre de 1991, según la cual la entidad había obtenido entre enero y junio de este año unos beneficios de 24.020 millones de pesetas, un 15,2 por ciento más que el año anterior.

Martín reiteró que el Popular no piensa fusionarse con ninguna otra entidad financiera y que su objetivo es convertirse en "el banco regional más importante de la omunidad Europea, pero solos".

Se mostró convencido de que nadie podrá controlar el Popular mediante una Opa hostil, dado el reparto de capital. A fecha de hoy, su distribución otorgaba un 38,23 por ciento a los miembros del Consejo de Administración, un 50,57 por ciento a inversiones institucionales (sociedades de cartera, fondos de inversión, etc.) y un 11,2 por cien a más de 67.000 accionistas particulares, ninguno de los cuales contaba con más de 500 títulos.

Los mayores accionistas son el grpo Molins, con más de un 5 por ciento del capital, y los grupos alemanes Aliance e Hipobank, con un 3,33 y un 1,67 por cien, respectivamente.

Martín, tras comentar que desde 1987 el Popular "está en el punto de mira de todos", señaló que están dispuestos a entradas amistosas en el capital del banco, "pero siempre que no intenten cambiarnos el criterio de gestión".

Respecto a actividad bancaria de la entidad, afirmó que mantendrán su política de no sacar al mercado "supercuentas" u otros productos"estandarizados.

Explicó que la experiencia les ha ido bien, ya que sus depósitos de clientes crecieron un 9,2 por ciento en el primer semestre de 1991, frente a un 7 por ciento del conjunto de la banca.

EL BANCO PARALELO

Por otra parte, Martín facilitó los resultados de la investigación abierta para determinar el balance del "banco paralelo" que montó José Pérez Díaz, el director de una sucursal del Popular en Santander.

El "banco paralelo", que José Pérez organizó captando depósitos al 1 por ciento de interés para destinarlas a inversiones de alto riesgo sin autorización de la entidad, tenía 237 clientes, con 4.946 millones de pesetas de pasivo.

Hasta ahora, el Popular ha resuelto 116 reclamaciones y ha abonado 1.751 millones. Su intención, según afirman sus directivos, es resolver la situación de todos los clientes afectados.