EL GOBIERNO MONTA UNA CARCEL ABIERTA EN MARTUTENE (GUIPUZCOA) PARA JOVENES PRESOS EN TERCER GRADO
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La Dirección General de Instituciones Penitenciarias ha creado una cárcel abierta en Matutene (Guipuzcoa), compuesta por cinco villas, a donde acudirán a dormir los presos que disfrutan del tercer grado penitenciario.
Esta iniciativa, que persigue la resocialización de los jóvenes que disfrutan de este régimen de "semi-libertad", es pionera en España y responde a un acuerdo de colaboración entre la Secretaría de Estado de Asuntos Penitenciarios y la Fundación Ametzagaña, entidad benéfico-social de caracter privado.
Este centro, que depende de la prisión de Martutene, se creó hace ds meses con jóvenes reclusos de edades comprendidas entre 16 y 25 años en proceso de rehabilitación y reinserción social y que están dispuestos a salir de la cárcel "tradicional" y someterse a un tratamiento "resocializador".
El centro está dividido en cinco villas, de las que sólo se utiliza una sóla para esta experiencia, que tiene una capacidad para 18 personas, aunque actualmente está ocupada por 11 reclusos. Las viviendas no cuentan con barrotes ni ninguna cortapisa que pueda detener a los jóvene a salir del lugar.
Este nuevo sistema se han realizado con la intención de que el recluso se vaya incluyendo en una vida más "normalizada" y que se habitúe a vivir en un régimen de "semi-libertad".
REINSERCION SOCIAL
Algunos reclusos que participan en esta experiencia trabajan en los talleres del centro en los que realizan labores que requieren escasa cualificación. Otros estudian en centros de universidad a distancia.
La evolución de cada recluso es seguida por personal educativo y psicoógico que conviven con ellos durante el día, mientras que por la noche, son vigilados por tres funcionarios de la prisión de Martutene que fueron calificados por los seguidores de este programa de "personas" y no "carceleros como lo son cuando se encuentran en la jaula", puntualizaron.
Los propios reclusos son conscientes de que pueden escapar del centro, pero también de que si lo hacen la experiencia piloto fracasará y otras personas con ansias de esa "libertad" y de ser "reinsertados" no podrán llevrlo adelante, según comentaron ellos mismos y sus educadores.
Los jóvenes finalizarán su condena en el centro ya que, en el caso de cumplir más de 25 años, se prorroga su estancia en el lugar. Algunos de ellos cuentan con condenas largas, aunque éstas se ven reducidas en un día por cada uno que pasan en este centro.
MASIFICACION
Los presos denunciaron la masificación de las cárceles y la escasez de centros y de educadores que puedan ayudar a un jóven que ingresa en prisión que, "si ya de por síes duro, si no tienes la cabeza fría, entras con 4 años y puedes salir con 20 porque dentro de la cárcel puedes ir acumulando penas, una detrás de otra", aseguraron.
Asimismo, criticaron la frialdad de la leyes y se mostraron convencidos de que, antes de dictar una pena, "deberían conocer a la persona" y posteriormente "hacernos un seguimiento".
Los internos destinados en la fundación Ameztagaña están clasificados en tercer grado y tienen prioridad para su entrada aquellas personas que tengan fijdo su domicilio familiar en Euskadi y que proceden de los centros penitenciarios de Martutene, Basauri (Vizcaya) y Nanclares de Oca (Alava).
(SERVIMEDIA)
31 Dic 1994
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