La celebración de estas fiestas los días 6 y 8 de diciembre, respectivamente, ha suscitado la protesta del sector empresarial por el largo 'puente' que se produce a primeros de ese mes, que afecta a la productividad de las empresas.

Sin embargo, ni la Conferencia Episcopal estaba dispuesta a cambiar la fiesta religiosa a lunes, ni los sindicatos eran partidaros de trasladar la Constitución al 1 de diciembre. Solamente la CEOE admitía esta última posibilidad, aunque advertía que no solucionaba la excesiva concentración de festivos en diciembre.

El Ministerio de Trabajo afirmó que el Gobierno sigue considerando necesario solucionar el problema del actual sistema de festivos y cree además que el mejor sistema sería trasladar a lunes las citadas fiestas. Por ello, pidió a los interlocutores mayor "flexibilidad" en las próximas negociaciones.