EL GOBIERNO ELUDE REPLICAR A GUERRAPOR SUS REITERADAS CRÍTICAS A LAS REFORMAS
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El Gobierno eludió hoy, por segunda vez en cuatro días, responder a las reiteradas críticas que el presidente de la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados, el socialista Alfonso Guerra, ha vertido contra las reformas estatutarias.
El pasado viernes fue la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, la que se negó a valorar las declaraciones que apenas unas horas antes había hecho Guerra durante una conferencia en los cursos de verano de la Universidad Complutense en El Escorial (Madrid).
Fernández de la Vega se limitó a pedir "respeto" por las opiniones vertidas en un ámbito "universitario", sin querer dar a la del ex "número dos" del PSOE valor añadido por su condición de presidente de la Comisión Constitucional, por la que deben pasar las reformas.
Ayer, el ex vicepresidente del Gobierno volvía a la carga con un artículo de opinión de dos páginas en el diario "El Mundo".
Durante el fin de semana han sido otras fuentes gubernamentales las que han rechazado reiteradamente valorar estas declaraciones o la repercusión que podrían tener en el proceso.
SIN AÑADIDOS
Una muestra evidente de la intención del Gobierno de no expresar opinión alguna sobre este asunto es que el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, secundó esta tarde las negativas de sus compañeros a hacerlo.
Sevilla acudió a la sede federal del PSOE para participar en la reunión de su Consejo Federal de Política Municipal y explicó a los medios de comunicación el contenido de su intervención ante los dirigentes socialistas.
Sin embargo, ante la pregunta explícita sobre esas críticas de Guerra a las reformas estatutarias, Sevilla respondió con un tajante "no tengo nada más que añadir".
Las declaraciones de Guerra han sido incidentes en una idea esencial, su convicción de que estas modificaciones estatutarias pueden esconder una reforma "encubierta" de la Constitución.
Dice Guerra que no se entiende la inclusión en estatutos como el catalán de menciones a derechos fundamentales ya recogidos por la Constitución, salvo que en un futuro ese estatuto quiera ser empleado como un texto seudoconstitucional.
La definición de Cataluña como nación también suscita las reservas de Guerra, que teme una futura reivindicación de Estado basándose en ese reconocimiento previo.
(SERVIMEDIA)
11 Jul 2005
CLC