Según informó Cultura, el Legado Cajal lo conforman más de 28.000 bienes que Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) determinó que se conservaran en el Instituto Cajal tras su óbito, entre los que se encuentra material de laboratorio y placas histológicas con inscripciones de su puño y letra, dibujos en los que mostraba las complejas texturas del sistema nervioso, publicaciones y un gran archivo fotográfico.

También forman parte del antedicho legado su silla y su mesa de trabajo, sus últimas gafas, billetera, bastón, toga de catedrático e importantes condecoraciones, como el Premio Nobel en Fisiología y Medicina que recibió en 1906 por sus descubrimientos sobre la estructura del sistema nervioso y el papel de la neurona.

El Legado Cajal, declarado en 2017 Memoria del Mundo por la Unesco, se depositó en el Museo Nacional de Ciencias Naturales el año pasado, donde está disponible para investigadores, exposiciones y divulgación.

Su reconocimiento con la máxima protección estatal se produce en el ‘Año de Investigación Ramón y Cajal’, que comenzó en 2022 y concluirá en 2025.

Por su parte, el reconocimiento de los toques de guitarra tradicionales como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial se produce por su “valor musical” y por sus “valores sociales desde el punto de vista identitario, de pertenencia a una comunidad y de elemento socializador y de fraternidad entre personas de distintas edades, sexos y procedencias”.

Cultura subrayó que la declaración de los toques de guitarra tradicionales como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial “contribuirá decisivamente a la salvaguarda de los toques tradicionales de este instrumento, alrededor del cual han tenido lugar muchos momentos de la vida de los habitantes de España, como se puede comprobar en todo tipo de fuentes de los siglos XVII al XX, que testimonian su presencia en la vida diaria”.