A su juicio, España, aunque no ha mandado fuerzas de combate a la guerra, ha contribuido al rápido desenlace del conflicti sirviendo como "portaviones de las fuerzas aliadas", lo que "debe darnos derecho a tener parte en la reconstrucción de Kuwait".

Reconoció, por otra parte, ue la derrota iraquí ha empeorado las perspectivas de las empresas españolas acreedoras de este país, especialmente si a Irak se le impone el pago de indemnizaciones por los daños materiales causados por la guerra. "Las perspectivas de cobrar ya eran malas antes de la guerra y ahora son peores", agregó.

Para Lorenzo Bernaldo de Quirós, el fin de la guerra se traducirá en un precio del barril de petróleo situado entre 17 y 18 dólares. Para España, supondrá medio punto menos de inflación y de déficit dela balanza por cuenta corriente, pero no variará sustancialmente el crecimiento del PIB, que se situará entre el 2,5 y el 3 por cien.

Esto se debe, a su juicio, a que la causa de la disminución en el crecimiento no es la guerra del Golfo sino la caida de la rentabilidad de las inversiones que ya venía apreciándose con anterioridad al estallido del conflicto.

En su opinión, se va a producir con toda seguridad una bajada de los tipos de interés, pero eso no va a contribuir a aumentar significativamnte la inversión "porque éstas se realizan en función de las expectativas de beneficios, que han caído por la desaceleración de la actividad".

Por esa razón, considera que "no es el momento más oportuno para bajar los tipos de interés ya que la lucha contra la inflación no está ganada. Relajar la política monetaria en estos momentos puede desatar expectativas inflacionistas, al dar la sensación de que el Banco de España va a ser menos riguroso".