El balance negativo del periodo enero-noviembre es el resultado unos ingresos de 10.356.00 millones de pesetas y unos gastos de 11.266.500 millones, con unos aumentos respectivos del 11,1 y el 10 por cien.

En el capítulo de ingresos, la recaudación por impuestos directos ascendió a 5.152.700 millones, lo que representa un crecimiento del 10,6 por cien.

La evolución fue muy dispar entre el IRPF y el Impuesto de Sociedades, cuyas recaudaciones crecieron un 16,9 y un 3,7 por cien, para situarse en 3.872.600 y 1.213.200 millones, respectivamente.

En los impuestos indirectos, el creimiento fue del 5,7 por cien, hasta alcanzar los 3.950.800 millones de pesetas. El IVA recaudó 2.543.200 millones, con un incremento del 8,4 por cien, y los impuestos especiales 1.130.700 millones, con un aumento del 27,8 por cien.

Por lo que se refiere a los pagos, destacan las transferencias corrientes, que supusieron el 48 por ciento del total, y especialmente las dirigidas a la Seguridad Social (1.323.700 millones).

Los pagos por operaciones de capital ascendieron a 1.913.500 millones de peseas, un 18 por ciento más que en el 90. Las inversiones reales se elevaron a 919.500 millones.