La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, dijo en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros en la que se aprobó este plan contra las consecuencias de la "guerra de Putin" que espera contar "con el apoyo de los agentes políticos y sociales" en un momento en el que los ciudadanos "quieren, necesitan, y merecen" garantías de "estabilidad, confianza y unidad".

El objetivo del plan, señaló Calviño, es que “esta crisis no detenga la buena marcha de la economía” porque, pese a la “enorme incertidumbre” del momento, “ahora tenemos que hacer frente al impacto de la guerra de Putin de la misma manera que la pandemia” donde hubo una “respuesta europea marcada por la unidad, determinación y solidaridad”. “Mismos principios que guían nuestra respuesta en el plano nacional” donde, al igual que en la pandemia, el impacto se nota en el “crecimiento económico y la inflación”.

“Las circunstancias cambian, el tipo de desafío es distinto, pero lo que se mantiene constante es la determinación del Gobierno de repartir de forma justa los efectos de la guerra y preservar al máximo la senda de crecimiento económico y de empleo”, subrayó la también titular de Economía en la comparecencia inédita que protagonizó junto a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.

“Tenemos la obligación de responder a la guerra, protegiendo a Ucrania y parando los pies a Putin, y blindando el bienestar de nuestras sociedades, a escala global, europea y también nacional”, para que, agregó la ‘número dos’ del Gobierno, “esta crisis energética no detenga la buena racha de nuestra economía, no rebaje el bienestar de los ciudadanos, y para eso no hemos dejado de trabajar ni un instante”.

Así, Calviño ahondó en que el Ejecutivo está “buscando la unidad” detrás de este plan porque, se preguntó, si no se produce ahora ante un “reto extraordinario”, “cuándo” se producirá. “¿Cuándo vamos a responder unidos los españoles?”, insistió la vicepresidenta, en un llamamiento a todas la fuerzas políticas y sociales a aprovechar esta “oportunidad” que se brinda a “todos los partidos para estar a la altura de la circunstancia”.

Por todo ello, la vicepresidenta subrayó la “unidad” y la “responsabilidad” necesarias en este momento y confío en la “respuesta positiva” de los grupos al plan, de ahí que no quiso “adelantar acontecimientos”, cuando se le preguntó si el Gobierno tramitará como proyecto de ley el real decreto, lo que permitiría incluir las medidas que reclaman los partidos políticos.

En este sentido, comentó que hay que esperar si Alberto Núñez Feijóo “aprovecha la oportunidad para un cambio de orientación del PP en un tema tan importante”.

Fuentes del Gobierno aseguran que el nuevo líder del PP, que será elegido como presidente del partido este fin de semana, se hará querer y querrá demostrar su papel de hombre de Estado, por lo que su posible apoyo al plan del Ejecutivo no se materializará hasta ser recibido como líder de la oposición por el presidente del Gobierno en La Moncloa, cita que no descartan que se produzca la semana que viene.

No obstante, desde el Ejecutivo se muestran reacios a sumar las medidas propuestas por los populares porque entienden que son "recetas de los años 70" y, argumentan, los expertos coinciden en no recomendar la rebaja de impuestos como una de las medidas para paliar el impacto de la guerra.

Además, desde el área económica del Gobierno aducen que el plan para la bajada de los carburantes desarrollado es el más efectivo y, de ahí que la parte correspondiente a las petroleras se aplique según las fórmulas que cada una considere. La rebaja de 15 céntimos que asume el Estado se notará directamente en el precio del surtidor y el mínimo de 5 céntimos se aplicará en caja.