En concreto, en los últimos siete años han sido clausuradas las actividades de la Guardia Civil en 14 acuartelamientos en Vizvaya, 11 en Alava, y 8 en Guipúzcoa.

Por el contrario, hasta el momento se mantienen en activo 23 casas-cuartel, onde hay destinados más de 3.200 agentes, la mayoría de las cuales se encuentran en la provincia de Alava. Así, en esta demarcación permanecen abiertos los cuarteles de Llodio, Murguía, Villarreal de Alava, Vitoria (Sansomendi), Laguardia, Labastida, Santa Cruz de Campezo, y Puentelarra.

En Guipúzcoa siguen abiertos los correspondientes a San Sebastián (Intxaurrondo), Irún, Zarauz, Tolosa, Villafranca de Ordicia, Eibar, Oñate, y Pasajes. Por último, en Vizcaya se encuentran los acuartelamientos de Bilao (La Salve), Ciérvana, Galdácano, Algorta, Durango, Ondárroa, y Guernica.

Este cese de actividades de la Guardia Civil en el País Vasco es proporcional al incremento de competencias en materia de seguridad rural, tráfico, y custodia de centros penitenciarios por parte de la 'Ertzaintza'.

En este sentido, el pasado mes de septiembre concluyó el traspaso de competencias de la Guardia Civil a la policía autónoma vasca en materia de seguridad y vigilancia en los tres centros penitenciarios de Euskai. Nanclares de Oca fue la última de las cárceles que abandonaron los efectivos de la Benemérita y que cerró una operación iniciada en 1982, coincidiendo con las primeras promociones de 'ertzainas'.

En lo concerniente a los más de 1.700 agentes del Cuerpo Nacional de Policía desplazados al País Vasco, en la actualidad estos se concentran en la provincia de Vizcaya en la Jefatura Superior de Policía de Bilbao y el acuartelamiento de Basauri; en Alava, en la Comisaría provincial de Vitoria y el cuartel e Betoño, y en Guipúzcoa, en la Comisaría Provincial de San Sebastián, y los centros de Aldapeta y la Comisaría de Irún, según informaron las citadas fuentes.