Caldera recordó que, tras la adhesión, rumanos y búlgaros serán en España ciudadanos de pleno derecho europeo, algo que calificó de "positivo". No obstante, matizó que, sobre el grado de libertad que les reconocerá España para incorporarse al mercado de trabajo nacional, todavía no hay tomada una decisión, que, en todo caso, "será flexible", y que se tomará antes del 1 de enero.

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales explicó que el Gobierno buscará combinar el derecho de los inmigrantes de esos dos países centroeuropeos con la situación laboral del mercado de trabajo en España. "Antes del 1 de enero lo haremos, todavía no hemos tomado una decisión", concluyó.

La incorporación a la UE supone para los ciudadanos de los nuevos socios comunitarios la libertad para trabajar en cualquier estado miembro. No obstante, se pueden establecer moratorias en la concesión de permisos de trabajo, aunque no al derecho a desplazarse de un país a otro.