La principal novedad que recoge este documento, es la creación de ayudas personalizadas en función de las necesidades de cada persona con discapacidad, que les permitirán elegir el tipo de apoyo que precisan para poder vivir y trabajar de forma autónoma en su comunidad. Estas ayudas podrán percibirse en forma de pago directo o mediante servicios.

El objetivo es simplificar el sistema de pensiones por discapacidad, adaptándolo a las necesidades de cada solicitante, y así evitar que se vean limitados a pedir un tipo de pensión o ayuda específica.

A través de estas ayudas personalizadas los beneficiarios podrán percibir financiación que antes procedía de distintas instituciones, como el Fondo para la vida autónoma, el Fondo para la Ayuda Familiar y el Fondo para el Acceso al Empleo. En Gran Bretaña unos 3 millones de personas solicitan algún tipo de pensión por discapacidad, lo que tiene un coste anual de 25.900 millones de libras anuales.

El informe también incluye medidas de apoyo temprano a las familias con niños discapacitados de corta edad, que garanticen su inclusión social y estabilidad económica.

Para facilitar la transición a la edad adulta de los jóvenes con algún tipo de minusvalía, el documento propone servicios de apoyo que les permitan acceder a las oportunidades apropiadas en la edad adulta.

En el ámbito laboral, la nueva estrategia del Gobierno define medidas de apoyo temprano para que las personas con discapacidad estén en contacto con el mercado laboral, así como un apoyo personalizado y continuo a lo largo de su vida profesional.

Para coordinar el trabajo gubernamental en el ámbito de la discapacidad, y garantizar que todas estas medidas se enmarquen en la agenda global para la igualdad de oportunidades se creará una nueva institución, la Oficina para la Discapacidad.