La renovación del edificio se produce como consecuencia del traslado a Berlín de la capital de la República Federal de Alemania tras el proceso de reunificación.

De acuerdo con este proceso, en el año 2000 deben estar en funcionamiento en Berlín la Presidencia y la Cancillería Federal, las dos cámaras del Parlamento y la mayor parte de los ministerios, incluido el de Asuntos Exteriores, así como las embajadas de los países comunitarios.

El edificio de la que será la futura embajada española en Berlín es propiedad del Estado español desde principios de los años 40 y quedó afectado por al Segunda Guerra Mundial.

Tras na somera adaptación de la zona, que quedó mejor conservada, se está utilizando desde los años 50 como residencia del Consulado General. El resto del inmueble se encuentra en desuso y parcialmente ruinoso.