En declaraciones a los medios de comunicación en su visita al Mercado de Abastos de Ciudad Real, Rodríguez comenzó culpando al cambio climático tanto de la sequía como de las inundaciones sufridas por el levante español, y recalcando la “convicción clara” del Gobierno de combatirlo.

Seguidamente, defendió la “gran inversión en uso y gestión del agua” que está haciendo con los fondos europeos España, “segundo país del mundo donde existe una mejor tecnología en uso y gestión del agua”, y aseguró que ésa es la dirección en la que el Gobierno está trabajando los nuevos planes de cuenca.

A partir de ahí, distinguió que Puig “está defendiendo los intereses de su comunidad autónoma” mientras que el Ejecutivo del que ella es portavoz defiende los “del conjunto de nuestro país”. Explicó que, después de “mucho diálogo con los operadores implicados”, el Gobierno ha “preparado unos informes” que, aprobados en la Mesa del Agua, ha elevado al Consejo de Estado y que pretende “poner al Tajo un nivel de caudal ecológico que hasta ahora no tenía” que cumpla con los requisitos de la Unión Europea y con las sentencias del Tribunal Supremo.

Rodríguez también esgrimió el “esfuerzo inversor” de 650 millones de euros “garantizando a la zona del Levante una inversión muy importante en desaladoras que garanticen una buena gestión de los recursos hídricos para el sector agrícola”.