En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el portavoz, Josep Piqué, ha insistido en la estrategia de separar los efectos "inequívocamente positivos" del apoyo de CiU en Madrid, de lo que va a ser a partir de ahora la legislatura catalana.

Los populares nunca favorecerán la inestabilidad y tienen disposición previa a asumir la responsabilidad de apoyar a Pujol, "pero no forma gratuita ni de forma ilimitada sino, siempre en un marco que permita estabilidad sobre la base de un diálogo, de acuerdos y de ciertas orientaciones comunes".

A quienes dice que ahora le toca al PP devolver a CiU su apoyo, el portavoz les ha recordado que el pacto suscrito hace tres años fue por escrito y con temario concreto. Muchos dirigentes de la coalición catalana se niegan para tener las manos libres e ir acordando alternativamente con PP y Esquerra Republicana de Catalunya.

Cuando se le ha preguntado a Piqué si no creeque CiU intenta no definirse hasta que las Elecciones Generales clarifiquen el panorama político, ha advertido a Pujol que "todavía no tiene los votos" de los 12 diputado del PP catalán. Y ha añadido que sería "irresponsable" si, a partir de ese desmarque, la formación catalana se replantea su apoyo al Proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para el 2.000.

Se deben establecer acuerdos que "constengan una cierta dosis de lealtad mútua", ha insistido el portavoz en referencia al `ninguneo' ue Pujol está ejerciendo sobre el PP catalán, según éste último.

El Ejecutivo central considerar un "error" el posible pacto de CiU con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), y Pique no ha ocultado su satisfacción porque la suspensión de los contactos entre esas dos formaciones reequilibra las negociaciones en favor del PP.

El PP, concluyó Piqué, decidirá tras conocer el contenido de ese hipotético acuerdo CiU-ERC y después de oir a Pujol en su discurso de investidura.