EL GOBIERNO ACUSA A LA IGLESIA DE PENALIZAR LA CONCILIACION DE LA VIDA LABORAL CON LA FAMILIAR
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La secretaria general de Políticas de Igualdad, Soledad Murillo, aseguró hoy que "a la Iglesia le parece incompatible ser un buen trabajador y a la vez un buen padre", y que por este motivo el obispo de Tarragona no renovó el contrato de un profesor de religión que pidió el permiso de paternidad.
Asimismo, Murillo se pregunta "cómo es posible que se defienda a la familia y al mismo tiempo se consienta que un obispado censure el ejercicio de la paternidad, a través de la máxima de las coacciones: la pérdida de un empleo".
"La igualdad", dice Murillo en un comunicado, "es un principio ético, y hasta en los propios rituales matrimoniales eclesiásticos se recuerda que hombre y mujer deben estar juntos en la salud y en la enfermedad, haciendo frente a todas sus responsabilidades de manera compartida".
La secretaria general de Políticas de Igualdad considera que "ya es una merma de derechos defender sólo a la familia que esté formada por una pareja heterosexual, pero, incluso en estos casos, se consienten actos de discriminación directa contra los nuevos hombres que, además de trabajadores, quieren ser padres que cuiden a sus hijos".
(SERVIMEDIA)
22 Jun 2005
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