El Ejecutivo ha autorizado la captura de cetáceos una semana después de conocer los resultados de una encuesta que revela que el partido gbernante está perdiendo votos en las comunidades pesqueras del norte del país (donde están los últimos balleneros), mientras que la oposición registra un ascenso de votos.

Para Ingrid Berthinussen, responsable de la campaña contra la caza de ballenas, "la primera ministra noruega, Gro Harlem Brundtland, mintió cuando dijo que el reinicio de las capturas se debía a razones científicas".

Los balleneros nórdicos zarparon la pasada semana para cazar 136 ballenas minke, a pesar de que Greenpeace y algnos científicos insisten en que el número de cetáceos de esta especie está por debajo del 54 por ciento de su población original.

Según Ingrid Berthinussen, "Noruega perderá su credibilidad y reputación internacional al permitir que salgan nuevamente los balleneros sin ninguna justificación moral ni científica".

"Esta decisión", agregó, "demuestra que los planes de continuar con la caza comercial de entre 300 y 800 ballenas minke durante este año se deben únicamente a un intento por conseguir uno resultados políticos favorables a corto plazo".