Vega se mostró muy optimista por este notable descenso y que, desde el 25 de febrero del pasado año, no se han contemplado atentados terroristas de carácter grave. A pesar de destacar la "brillante actuación policial" en este sentido, no quiso darle excesivo triunfalismo.

Aunque sí descendieron el número de atentados mortales o de graves consecuencias en este territorio, reconoció Vega el aumento de actos de sabotaje: incendios provocados y explosiones, contra bienes públicos y entidades bancarias.

Por otra parte, el Gobernador restó importancia a un echo ocurrido durante el mes de noviembre del pasado año cuando dejó olvidada su pistola en un merendero en el que paró después de hacer un recorrido en bicicleta por las cercanías de Bilbao.

Daniel Vega considera que lo grave de esta situación no es el perder la pistola, sino el tener que llevarla o ir con escolta "porque soy objetivo de esta calaña de delincuentes que tenemos por aquí".

Vega reconoció que, después de hacer un recorrido en bicicleta, olvidó su mochila, dentro de la cual se enconraba la pistola junto a otros objetos personales, en el merendero donde había parado. Veinte minutos después un ciudadano entregó la mochila con su contenido a la Ertzaintza, quien devolvió el arma al Gobernador.

Este aseguró que casi no sabe utilizar el arma y que la saca en escasas ocasiones, pero aquel día, al no ir acompañados por sus escoltas ya que iba a hacer una excursión en bicicleta, la llevó consigo. Lamentó el hecho de que tenga que dejar de hacer este tipo de deporte al salir este caso a a opinión pública, por lo que denominó una "venganza" de algún ertzaina contra su persona.