GIL EL MENSAJE REQUISADO AL HIJO DE GIL NO ERA UN E-MAIL
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El sobre que supuestamente contenía un correo electrónico de del hijo del presidente del Atlético de Madrid enviado a su abogado, Horacio Oliva, y que podría haber servido de prueba en el caso que el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón instruye contra el alcalde de Marbella, resultó ser al final un documento escrito en un ordenador y guardado como un archivo de texto cualquiera, según informaron hy fuentes de la defensa.
El supuesto correo electrónico fue requisado durante los registros que se efectuaron en Madrid el pasado 19 de octubre por orden de García-Castellón en el Estadio Vicente Calderón, en el Club Financiero Inmobiliario y en varias oficinas que Jesús Gil tiene en la Torre de Valencia.
Durante el registro se "volcaron" los contenidos de los discos duros de varios ordenadores, entre ellos el supuesto mensaje de correo electrónico que Jesús Gil Marín envió a su abogado, Horacio liva.
Según fuentes de la acusación, el sobre abierto hoy y que supuestamente contenía el correo electrónico guardaba en realidad un documento no aportado en la causa.
Sin embargo, fuentes de la defensa aseguraron que dicho archivo era un listado de documentos que el hijo de Jesús Gil había escrito en su ordenador, impreso en una máquina y entregado en mano a su abogado Horacio Oliva.
Asimismo, añadieron que "la mayor parte" de los documentos que se mencionan en ese listado ya han sido aportdos en la causa que investiga el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, instructor de una querella por estafa presentada contra Jesús Gil.
En el momento de abrir el sobre con el documento estuvieron presentes Jesús Gil Marín, su abogado y el fiscal anticorrupción encargado del caso, Carlos Castresana.
POLEMICA
La citación por parte del juez para abrir el sobre con el supuesto correo electrónico el pasado 16 de noviembre sumió a las partes en un debate sobre el secreto de las comnicaciones.
Jesús Gil Marín y su abogado se opusieron ese día a la apertura del sobre, alegando que tal acto vulneraría el secreto de las comunicaciones y el secreto profesional entre cliente y letrado.
Por su parte, Castresana argumentó que lo único que varía entre la correspondencia ordinaria y la electrónica es el soporte. Además, sostenía que su apertura no se viola el secreto de las comunicaciones, porque no se había interceptado una comunicación, sino que se había requisado la copia de un mnsaje que ya había sido enviado.
(SERVIMEDIA)
15 Dic 1999
VBR