Fernádez Ameneiro, que desde el comienzo de su comparecencia destacó que él era "un empleado más de Gescartera" y no un directivo, relató que se le encomendó ser depositario de estas cuentas, que estaban asignadas como comerciales a Antonio Camacho, Pilar Giménez-Reyna y algún otro empleado, con intereses del 12 y 13 por cien y a nombre de la Asociación de Huérfanos de la Guardia Civil, la Fundación ONCE o el diplomático Rafael Jover.

Su función como depositario, según explicó, se limitaba a ver y apuntar os ingresos y retiradas de fondos en la cuenta de Gescartera, que, según comprobaba, se hacían siempre con cheques y transferencias desde España.

Según las investigaciones judiciales abiertas, "Stock Selection" era una sociedad que tenía cuentas en el HSBC en el extranjero, a las cuales pudo derivar Antonio Camacho dinero de Gescartera.

El asesor fiscal recordó que, cuando una interventora, tras la actuación de la CNMV, le pidió esa lista de clientes bajo la denominación Stock Selection exclamó "quí está el dinero negro", a lo que él replicó que no creía que fuera así.

Sin embargo, esta función de depositario no era habitual dentro del trabajo cotidiano de Fernández Ameneiro dentro de Gescartera, donde asesoraba fiscalmente a algunos clientes que le proporcionaba la red comercial. Se trataba de un servicio que ofrecía la sociedad como "valor añadido" para "fidelizar clientes", por el cual pasaron más de 100 clientes durante seis años, según explicó.

PADRE BONILLA

De acuerdo con sus funiones, el asesor fiscal reconoció ante la comisión que realizó la declaración de la renta al párroco de Castillo de Garcimuñoz (Cuenca), el padre Bonilla, "por orden expresa" de Camacho.

Para hacer esta declaración, y siguiendo las indicaciones del propietario de Gescartera, recabó los datos fiscales del párroco desde la Delegación de la agencia en Cuenca y desde los propios servicios centrales.

Aunque percibió que el padre Bonilla tenía pérdidas en bolsa, aseguró que nunca pasaron por sus manos os datos que indicaran que se le habían aplicado minusvalías por valor de 2.000 millones, como se ha publicado en la prensa.

A preguntas del portavoz socialista, Juan Fernando López Aguilar, sobre si tiene indicios de que Pilar Giménez-Reyna cobraba cantidades en dinero negro, Fernández Ameneiro sugirió que tendría un "pacto" con Camacho al respecto

Explicó que Giménez-Reyna, cuando era directora comercial de la sociedad, le pidió que "le liquidara o valorara su cartera a efectos de clientes en fnción a la valoración que se le hace a los comerciales, que cobran un salario variable en función a la captación de clientes".

"Aplicando los tipos que un comercial normal devengarían", continuó, "yo le liquidaba lo que le correspondía cobrar como si fuera un comercial. Hacía esa liquidación y se la ponía en una hoja en la mesa a Camacho y a Giménez-Reyna. El pacto que tuvieran entre ellos, se lo puede suponer".