A juicio de De Gaulle, el sector asegurador español no ha concluido aún su reestructuración y sigue estando "excesivamente atomizado" y con necesidades de un mayor grado de provisionaminto.

En este sentido, la nueva ley de seguros impone, además, una serie de condiciones y requisitos adicionales en cuanto a capitalización y solvencia que harán más necesaria aún la concentración.

El segundo de los retos con los que el sector asegurador español se enfrentará a corto plazo, a juicio del presidente de AGF-Unión Fénix, es la reorganización de las relaciones de los agentes de seguros con las compañías.

La nueva normativa, que entrará en vigor en el mes de noviembre, obligará a ls agentes de seguros a optar por una aseguradora principal con la que concentrar su actividad comercial, lo que en la práctica convertirá en "afectos", es decir, exclusivos, a los agentes de seguros.

Este proceso va a suponer una revolución en el ámbito de los agentes, con un efecto de reducción de su número, y una pugna entre las compañías de seguros por atraerse a los agentes más activos.

De hecho, De Gaulle considera que este canal de comercialización va a continuar siendo en los próximos añosla base principal de la actividad aseguradora, ya que no es previsible a corto plazo un desarrollo verdaderamente relevante de otros canales de distribución, como el telefónico.