El gasto público en enseñanza beneficia más a los ricos -------------------------------------------------------
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Los pensionistas, los agricultores propietarios o asalariados, y los obreros de la industria y los servicios son los colectivos más beneficiados por el gasto público, según una monografía publicada por el Instituto de Estudios Fiscales bajo el título "Los efectos de los gastos sociales sobre la redistribución de la renta en España".
El estudio señala que "en el caso de los pensionistas y rentistas, las dos terceras partes de su rnta disponible procede de las pensiones públicas y, además, sus gastos sanitarios públicos alcanzan el 17,13 por ciento de esa misma magnitud".
Los hogares encabezados por asalariados del campo obtienen el 14,31 por ciento de su renta disponible de las prestaciones sociales en efectivo, principalmente por protección del desempleo y similares, prestaciones por incapacidad, y pensiones percibidas por otros miembros de la familia.
Para este colectivo son aún más importante los beneficios derivados d las prestaciones en especie, que alcanzan el 21,21 por ciento de su renta disponible, como resultado de su acceso a la educación y sanidad públicas.
Por lo que se refiere a los obreros y los pequeños propietarios agrarios sin asalariados, dependen en torno a un 10 por ciento de de sus ingresos de los gastos sociales en efectivo, aunque en los primeros lo que predomina es la protección por desempleo y en los segundos las pensiones.
Asimismo, los hogares de estas obreros y pequeños campesinos, juno con los profesionales de las Fuerzas Armadas, contramaestres, capataces y cuadros medios se benefician de los gastos en educación y sanidad en cantidades que están entre el 8 y el 10 por cien de su renta disponible.
Por el contrario, las categorías menos favorecidas son las de empresarios con asalariados, profesionales liberales, y directivos y cuadros superiores, cuyos elevados ingresos reducen aún más la importancia relativa que tienen para ellos los ingresos procedentes de gastos sociales de la Aministración.
El autor del estudio señala que, si los resultados se analizan en términos de gasto por hogar, las conclusiones no son tan claramente redistributivas, ya que junto a hogares de obreros y agricultores figuran otros de vendedores, capataces y cuadros medios.
Este fenómeno es especialmente acusado en el caso de los gastos en especie. Aquí aparecen, tras un primer grupo en el que figuran militares, obreros y trabajadores agrarios, "aparecen -a no mucha distancia- empresarios de la agricltura, con y sin asalariados, y cuadros medios y superiores de los demás sectores".
GENERALIZACION DE LA ENSEÑANZA PUBLICA
Para el autor del estudio, "la muy notoria generalización de la enseñanza pública y, en menor medida, de la asistencia sanitaria de la Seguridad Social entre todos los hogares es la causa principal de que el gasto en especie no penalice excesivamente a hogares con aparente suficiencia económica".
Desde la perspectiva de las prestaciones por hogar, los gastos más nítidamenteredistributivos son los de asistencia social en efectivo, servicios sociales, sanidad y, en menor medida, desempleo.
En los demás casos no existen pautas claras de redistribución, e incluso en algunos de ellos, los más ricos son las que mayores ventajas obtienen. "Los favorables efectos redistributivos de los gastos sociales quedan, por tanto, mediatizados cuando se visionan a través del filtro del gasto por hogar", señala el informe.
En conjunto, las prestaciones que más favorecen la igualdad so la sanidad y las pensiones, mientras que, en contra de lo que habitualmente se piensa, la educación "hace más desigual la redistribución de la renta".
CONCLUSIONES
La conclusión que debe extraerse, según el informe, es que "una política social que persiga reducir las desigualdades debería concentrar sus esfuerzos en prestaciones discriminatorias y, por tanto, orientadas específicamente a los colectivos más necesitados".
Destaca, entre ellas, la asistencia social en efectivo, servicios sociales vivienda y, en bastante menor medida, sanidad. "Los demás programas del Estado del Bienestar -subraya- se fundamentan principalmente en razones de seguridad económica y sólo tangencialmente -aunque sus efectos sean también redistributivos- persiguen objetivos de lucha contra la pobreza".
Esto no obsta, añade, para hacer hincapie en que una sociedad sin gasto público sería menos igualitaria. "Pero no todos los gastos sociales -concluye- tienen el mismo potencial igualitario. Conocerlo es el primer pas de cualquier programa de política social, tanto si se desea, como si no, alterar la distribución de la renta entre las personas".
(SERVIMEDIA)
04 Abr 1991
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