En cas de ser autorizados, los cierres de las gasolineras coincidirían con la iniciativa puesta en marcha por las organizaciones de consumidores, que han pedido a los automovilistas que no reposten combustible los últimos domingos de cada mes en protesta por el aumento de los precios de los carburantes y la situación de oligopolio que a su juicio se registra en el sector.

En un escrito dirigido al presidente del Gobierno, José María Aznar, los gasolineros indican: "Con honda preocupación por la grave situacón de crisis que atraviesa el sector, los titulares de estaciones de servicio no nos podemos quedar impávidos observando cómo nuestros clientes se alejan de nuestros establecimientos por causas completamente ajenas al desarrollo de nuestra actividad".

Según la confederación, "las medidas que presumiblemente prepara el Gobierno para atajar la situación, de las que no tenemos conocimiento sino a través de los medios de comunicación (incremento del número de estaciones de servicio, por ejemplo), ni se diigen a la raíz del problema, ni constituyen en sí mismas la solución".

Los empresarios de gasolineras consideran que "la situación de control del mercado por las herederas del monopolio (Repsol, Cepsa y BP) en todas sus fases, incluída la distribución al por menor, mediante pactos de exclusiva con reserva de la facultad de fijar el precio de venta al público en las estaciones de servicio, cierra de facto el mercado a posibles competidores y excluye cualquier atisbo de competencia, con independencia de número de estaciones de servicio y cooperativas que ejerzan su actividad en nuestro país".

La confederación cree que, en caso de autorizarse los cierres, no será necesario fijar servicios mínimos, "dado el gran número de gasolineras propiedad de las compañías petrolíferas y explotadas directamente por éstas, que, lógicamente, no secundarán esta medida".