En declaraciones a Servimedia, Lucas dijo que la carga fiscal que soportan los consumidores en España por los carburantes sigue siendo muy importante y se refirió, por ejemplo, al Impuesto Especial sobre Hidrocarburos que, según sus datos, dio al erario público el pasado año 1,4 billones de pesetas, mientras que el IVA que grava los carburantes arrojó una cifra de 410.000 millones de pesetas, con un increento del 11% respecto a 1998.

Explicó que quienes se ven más afectados por la cuantía de estos impuestos son los colectivos profesionales (transportistas y taxistas), que sufren una merma de sus ingresos por la incidencia de los precios. "El hecho de que Irak suba el barril de petróleo no quiere decir que cada vez que Irak quiera los profesionales españoles o europeos tengan que pagar muchísimo más dinero", dijo.

Lucas recordó que las subidas y bajadas decididas por la OPEP en los últimos años nuca han favorecido a los consumidores finales. "Esperemos que cuando realmente se consiga un acuerdo o se consiga abaratar los costes, eso también repercuta en la bajada de los carburantes", indicó.