En el auto más reciente, el magistrado acuerda el procesamiento de Maite Pedrosa Barrenechea, Mikel Azurmendi Peñagarikano y Asier Ormazábal, miembros del "comando Andalucía", por el intento de atentado con granadas contra un cuartel de la Guardia Civil en Granada, ocurrido en septiembre del ao pasado.

Los etarras instalaron en un coche, previamente robado y al que se había cambiado la matrícula, un sistema de lanzamiento de granadas conectado al panel del vehículo. Sin embargo, el sistema falló y los terroristas huyeron.

Un joven granadino, José Antonio Sola, voluntario de Cruz Roja, descubrió el artefacto y avisó a la policía, que tomó las medidas de seguridad correspondientes y evitó una posible tragedia. Este joven, actualmente en paro, recibió ayer la Gran Cruz de la Orden del Méito Civil, que le otorgó el Rey en reconocimiento de su acción.

FUEGO A DISCRECION

Garzón ha procesado también a Jesús María Uribechaverría Bolinaga, José Luis Eróstegui Bidaguren y José Luis Gaztelu Ochandorena, por su participación en el intento de asesinato del guardia civil Francisco Borjas Reinoso, ocurrido en noviembre de 1986 en Oriate (Guipúzcoa).

Los tres etarras siguieron al policía. Después de que éste dejó a su hija en el seminario de Aránzazu, dos de los procesados se apostaron a abos lados de la carretera por la que tenía que pasar el polícia y le dispararon "indiscriminadamente con intención de matar", según relata el juez.

El policía pegó un volantazo y logró conducir el coche durante casi dos kilómetros, alejándose de los terroristas. No obstante, fue alcanzado por cuatro impactos de bala, dos de ellos en la zona torácica, y "está a punto de perder la vida, si bien consigue salvarla al ser intervenido quirúrgicamente".

Finalmente, Garzón decidió procesar también a Jesú María Uribechaverría Bolinaga, José Luis Eróstegui Bidarguren, José Miguel Gaztelu Ochandorena (ya procesados por el atentado anterior), junto con sus compañeros Xabin Usandizaga y Javier Ugarte, por un atentado contra el cuartel de la Guardia Civil en Legazpia (Guipúzcoa), en el que no se produjeron muertos, pero sí cuantiosos daños materiales.