Garzón no se arrepiente, sin embargo, de haber decidido su intervención en política, que sólo ha durado diez meses y que ha estado jalonada de desengaños y promesas rotas, según dijo en su intervención multitudinaria ante la prensa.

"Se me prometió que desde mi escaño desempeñaría un papel de dirección en la lucha contra la corrupción como presidente de una comisión parlamentaria que investigaría todos los casos, promsa que luego se comprobó con el tiempo fue sólo un ardid electoral", insistió el ex secretario de Estado.

A la anunciada dimisión de Garzón como delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Droga se sumó hoy su renuncia al escaño que ocupa en el Congreso y por tanto su abandono definitivo de la política, para volver a solicitar su reingreso en la carrera judicial.

Después de la rueda de prensa Garzón se reunió con el presidente del Congreso, Félix Pons, para anunciarle su renuncia e informare que en los próximos días entregará su acta de diputado.

Según explicó, en estos diez meses de participación en la vida pública no ha detectado una verdadera voluntad del Gobierno de acabar con los casos de corrupción, por lo que "la proliferación de escándalos, la pasividad del presidente del Gobierno y la consiguiente crispación de la sociedad me hicieron decidir no ser partícipe, siquiera por omisión, de esta situación".

Baltasar Garzón juzgó que la cadena de dimisiones de las últimas semanasno demuestra una voluntad decidida del Gobierno para acabar con la corrupción, sino que más bien "han venido impuestas por las circunstancias".

DIMISION ANUNCIADA

El pasado 18 de abril, un día antes del debate sobre el estado de la Nación, Garzón hizo llegar una carta a González en la que le indicaba que "de no tomar una actitud frontalmente opuesta a los casos de corrupción con medidas eficaces y no simples poses presentaría mi dimisión no más tarde del 25 de abril".

El presidente le emplazó auna conversación posterior al debate en la que González le pidió "tiempo para adoptar medidas y mi colaboración en la lucha contra la corrupción, con la que siempre contó, aunque nunca hizo uso de ella ni me facilitó medios para llevarla a cabo".

Garzón afirmó que la resistencia del Gobierno a apoyar la creación de una comisión para investigar el 'caso Filesa' fue decisiva a la hora de tomar su decisión y reconoció que "la actitud de algún ministro (por el de Justicia, Juan Alberto Belloch) me dejó unsabor muy amargo y decepcionante, aunque esperado".

El ex juez decidió aplazar su dimisión y este fue "un gran error" utilizado después "mezquina y malintencionadamente" para demostrar desde dentro del Gobierno que su decisión es "una rabieta" por no haber sido nombrado ministro.

Expresó su disgusto por no haber sido consultado, tras la dimisión del ministro de Interior, Antoni Asunción, sobre la posible fusión de esta cartera con la de Justicia, a la que Garzón se opone. Esto le hizo ver claramete que "había perdido la confianza del presidente y por tanto no había razón para aplazar mi dimisión".

"Lo único que se pretendió con esta táctica dilatoria fue ganar tiempo para encontrar un solución que acabara con mi presencia en el Gobierno", explicó Garzón.

GONZALEZ NO ES CORRUPTO

El hasta ahora diputado independiente espera que el Ejecutivo colabore con la justicia en el esclarecimiento de los escándalos que afectan a altos dirigentes del Estado y mostró su confianza en que las medidas aoptadas en los últimos días sean eficaces.

Preguntado sobre la posible implicación del presidente del Gobierno en casos de corrupción, Garzón afirmó que González "no es corrupto, porque no me consta", e insistió, a pesar de ello, en la idea de que un sólo caso de corrupción "puede hacer caer a todo un gobierno".

No quiso pronunciarse sobre la necesidad de que González dimita por los casos Roldán y Rubio, pero puntualizó que "cada uno es consciente de sus responsabilidades, tal y como yo lo he sid".

No obstante, dijo que "el fenómeno de la corrupción debe tener un enfoque mucho más amplio que para centralizar la responsabilidad política en una sola persona. Es necesaria una actitud beligerante que yo no he detectado, pero espero que las medidas adoptadas tengan éxito".

El ex juez sugirió en la rueda de prensa que el Gobierno cesara al actual fiscal general del Estado, Eligio Hernández, que en su opinión no cumple las condiciones de independencia precisas para ocupar ese cargo.

NO HE PEDDO SER MINISTRO

Garzón quiso cortar de raíz las insinuaciones que achacaban su dimisión a una "rabieta" por no haber sido nombrado ministro: "En ningún momento y en ningún caso le he pedido al presidente del Gobierno que me haga ministro de nada y he tenido ocasiones para ello. Se me achaca una ambición política que no demuestro cuando me vuelvo a mi juzgado".

El ex juez explicó que en su conversación del pasado jueves con el recién nombrado ministro de Interior y Justicia, éste le informó de su ntención de nombrar a una persona de su total confianza para ocupar la Secretaria de Estado de Interior, que no era Garzón.

La falta de coincidencia sobre lo que debería ser la estructura de Interior entre Garzón y el Gobierno contribuyó también a que el ex juez decidiera abandonar la política.

Desde entonces Garzón no tuvo ninguna comunicación con el presidente González, quien en ningún momento le pidió que reconsiderase su decisión de dimitir.