Garzón, a instancias del fiscal Juan Moral, decidió dejar en libertad a Guerra, pero le impusó la obligación de comparecer tres veces por semana ante los juzgados y la prohibición de abandonar el territorio nacional, según informaron fuentes jurídicas.

Estaba previsto que Guerra declarase ante Garzón el pasado miércoles, como hicieron los otros cuatro detenidos en España, pero el magistrado decidió prolongar su detención hasta hoy a la espera de analizar la documentación que se le había incautado.

Las fuentes consultadas señalaron que el análisis de esta documentación no ha aportado pruebas suficientes como para imputar a Guerra un delito de integración o colaboración con ETA.

En la madrugada del miércoles al jueves Garzón ordenó el ingreso en prisión de Sergio Bravo Sáez de Urabain, Gorka Iriarte Sáez, Igor García Ochoa y Asier Ortiz de Guinea, los otros cuatro detenidos el pasado sábado en España tras el arresto de Martitegi.

Garzón, que les imputó un delito de integración y/o colaboración en organización terrorista, aseguró que estas cuatro personas, bajo la dirección de Alexander Uriarte, detenido en Francia junto con Martitegi, formaban el comando "Aihur" de ETA, de reciente creación.

El magistrado aseguró que este comando estaba preparando un atentado "inminente" contra "los responsables políticos" del futuro Gobierno vasco de Patxi López, acción para la que iban a recibir en los próximos días una furgoneta cargada de explosivos.