Fuentes de la Audiencia Nacional señalaron que Garzón, a instancias de la fiscal Dolores Delgado, decidió imponer comparecencias semanales antes los juzgados y la prohibición de abandonar el país para tres de ellos, en concreto para Driss Ben Moussa, Yossef Ben Moussa y Bilal Ben Moussa.

Además, dejó en libertad, pero con la obligación de comparecer quincenalmente ante los juzgados y la prohibición de abandonar el país, a Abdelaziz Laakel y Mohamed Ben Hesaien.

Por otro lado, Garzón no impuso ninguna medida cautelar para Samir Tahtah, Kamal Ahbar, Omar Nakhcha y Driss Belhadi, ya que todos ellos deberán volver a la cárcel donde cumplen penas por otras causas. Por último, Garzón decidió dejar en libertad sin ninguna medida cautelar a una décima persona, cuya nombre no ha trascendido.

Todos ellos fueron detenidos el pasado jueves por agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional en las localidades barcelonesas de Cerdañola del Vallés, Santa Coloma de Gramanet y Badalona, así como en Madrid y Algeciras (Cádiz).

Las investigaciones que permitieron la desarticulación de esta célula son continuación de las llevadas a cabo en el año 2005 en el marco de la "Operación Tigris", y la policía relaciona a los arrestados con labores de apoyo en la ocultación y posterior huida de otros tantos terroristas de Al Qaeda, entre ellos algunos de los implicados en los atentados 11-M

En concreto, y según las investigaciones policiales, los detenidos acogieron, ocultaron y facilitaron la huida a varios de los fugados tras los atentados del 11-M, entre ellos a Mohamed Larbi Ben Sellam, Daoud Ouhnane, Mohamed Afalah, Othman El Mouhib y Abdelilah Hriz.

Además, todos los detenidos, de nacionalidad marroquí, estaban acusados por la policía de formar una estructura terrorista que se encargaba del adoctrinamiento, reclutamiento, financiación y envío de terroristas a Iraq, con la misión de cometer acciones suicidas contra las tropas extranjeras y otros objetivos fijados por la organización Al Qaeda.