Ayuso compareció hoy por sgundo día consecutivo en la Audiencia Nacional junto a su sucesor, el coronel Rafael Garabito, que quedó en libertad sin cargos tras negar su implicación en la violación de correspondencia de una traficante venezolana, cuyas cartas abiertas fueron encontradas por el juez en las dependencias de la unidad.

Según fuentes jurídicas, la declaración del coronel Ayuso se centró hoy en la operación llevada a cabo por la unidad en Lloret del Mar (Gerona), en mayo de 1990, donde se incautaron de 32 kilos de cocína. Según los "Dalton", el alijo formaba parte de un pedido de 500 kilos de droga encargados a un traficante boliviano con el consentimiento del coronel, trabajo por el que cobraron un kilo de sustancia.

Ayuso, que rechazó cualquier relación con los confidentes, responsabilizó una vez más de forma indirecta de cualquier desparición de la droga al teniente coronel Francisco Quintero, que le suplantaba al frente de la unidad cuando se encontraba ausente como en este caso, que viajó a Turquía junto al scretario de Estado de Defensa.

El coronel tampoco pudo aclarar la desparición de dos kilos de cocaína aprehendida por la unidad que posteriormente fue encontrada en posesión de un sargento de la Guardia Civil, hechos por los que fueron procesados y absueltos por la Audiencia de Madrid.

Al término de su declaración, Francisco Escobar, abogado del coronel, anunció que su cliente pensaba presentar una querella contra el letrado José Emilio Rodríguez Menéndez, que defiende a uno de los guardias arrepntidos, por las declaraciones efectuadas en un diario madrileño al que aseguró que cualquiera de sus clientes "son la Virgen María comparados con Ayuso".

Con anterioridad, el coronel Rafael Garabito había comparecido como imputado en un presunto delito de violación de correspondencia por haber intervenido las cartas enviadas desde la cárcel por una confidente venezolana que solicitaba dinero a la unidad para poder evadirse de la prisión.

Garabito aseguró que no conocía el contenido de las misivasy que no guardó ninguna copia en su despacho, ya que los contactos con la confidente eran controlados por el comandante Pindado y teniente coronel Quintero. Asimismo negó que uno de sus subordinados, el capitán Núñez, le preguntara en una ocasión si debía pagar con droga a los confidentes.

Según las mismas fuentes, Garzón ha citado para mañana, jueves, al responsable del grupo de delincuencia internacional de la Policía Nacional para testificar sobre algunos aspectos de la denominada "operación Cochabmba".

En esta operación la UCIFA dejó en libertad a una traficante, Ana María Rodríguez Farfay, a la que habían intervenido en su domicilio 400 gramos de heroína. Según el coronel Ayuso, la detenida fue puesta en libertad porque así se lo pidió el jefe del citado grupo, que investigaba a la mujer en una operación de mayor envergadura.