Así lo indicó García-Gallardo en una comparecencia en la sala de prensa del Consejo de Gobierno de Castilla y León, donde reconoció que su dimisión no le resultó “fácil”, pero añadió que meditó sobre ello en los últimos días, ante los acontecimientos que se habían producido en esta región y en el ámbito nacional en relación a la inmigración y la lucha contra las mafias.

Explicó que le había entregado en mano su carta de renuncia al cargo a Fernández Mañueco, a quien expresó su “respeto”, “afecto” y “cordialidad” y de quien se despidió con “cariño”, tras dos años de gobierno de coalición en Castilla y León, en los que hubo “respeto institucional” y “colaboración leal” en beneficio del interés general.

Al mismo tiempo, García-Gallardo dejó claro que “la gota que ha colmado el vaso” para Vox fue el “incumplimiento” del acuerdo de gobierno entre su formación y el Partido Popular de combatir la inmigración ilegal para evitar que Castilla y León “se convierta en Francia”. Por ello ayer decidieron salirse de todos los gobiernos en coalición.

Además, apuntó que él ya había decidido su salida del gobierno autonómico, aunque prefirió esperar a la decisión “global” y “colegiada” de ayer. Señaló que el “responsable” de esta situación es el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, por no oponerse política y jurídicamente al reparto de menores migrantes no acompañados.

Asimismo, aseguró que el acuerdo del Comité Ejecutivo Nacional de Vox sólo afecta a los gobiernos autonómicos, no a los parlamentos, ni tampoco a los ayuntamientos. No obstante, indicó que la salida de su partido de los ejecutivos afecta a todos los “cargos políticos”, pero reconoció que individualmente cada uno deberá adoptar una decisión de forma personal y de acuerdo a su escala de valores, ya que precisó que no es algo que esté en su mano.