Esta competición, en la que el transporte público se va a convertir en el mejor aliado de los aficionados, aseguró el edil, pondrá a prueba una vez más la capacidad de organización de Madrid, que ya ha acogido en seis ocasiones desde 1965 los Campeonatos Mundiales de Ciclismo, pero que es la primera vez que los organiza.

"En estos campeonatos", anunció Ruiz-Gallardón, "vamos a aplicar las más modernas técnicas en la organización de encuentros deportivos, prestando especial atención a cuestiones como el medio ambiente o la facilidad de acceso a través del transporte público".

Así, y gracias a Metro de Madrid, los aficionados podrán seguir la carrera, variando de posición cuando lo deseen, explicó el alcalde. Un total de 16 estaciones de Metro, estratégicamente ubicadas, permitirán a los espectadores situarse en los puntos más interesantes del recorrido, que incluye desde uno de los espacios verdes más antiguos de la ciudad, como la Dehesa de la Villa, hasta el Madrid más moderno y cosmopolita que se asoma al paseo de la Castellana.

"Los miles de aficionados de todo el mundo y los propios ciclistas participantes sentirán la complicidad del público y descubrirán la expectación que el ciclismo despierta en esta ciudad", declaró el alcalde.

DOS ESCENARIOS

El Mundial se desarrolla desde mañana hasta el próximo domingo en dos escenarios. El primero de ellos es la Casa de Campo, donde se ha diseñado un recorrido de 22 kilómetros para celebrar las contrarreloj. El podio, la salida y la meta se situarán junto a la estación de Lago, lo que facilitará que un numeroso público pueda presenciar en directo esta competición.

Para las carreras en línea se ha habilitado un circuito de 21,3 kilómetros por el centro y el norte de la ciudad, que tendrá en la plaza de Lima su punto de partida y de llegada.

"En Madrid tenemos la seguridad de que los Mundiales de Ciclismo 2005 contribuirán a conseguir nuestro propósito de fomentar entre los ciudadanos la afición por asistir y presenciar las competiciones más espectaculares. Este protagonismo del deporte en la vida de la ciudad demuestra que la vocación olímpica de Madrid permanece intacta", concluyó Ruiz-Gallardón.