Según publica hoy el diario "El País", efectivos de la Guardia Civil y agentes franceses tomaron durante la primavera pasada los alrededores de un piso franco de Hendaya en el que residían presuntos etarras, que estaba vigilado por la policía desde hacía más de un año.

De acuerdo con las fuentes citadas por el periódico, el despliegue de la Benemérita estuvo a punto de hacer fracasar la investigación policial, que finalmente concluyó en agosto con la detención de los presutos terroristas: María Luz Bella Bringas, Francisco Javier Chimeno Inza y Juan Carlos Estévez Paz.

Fuentes solventes de la Guardia Civil aseguraron a esta agencia que no se puede achacar a Galindo el desarrollo de esta operación, puesto que él no estaba en ese momento al mando de la Comandancia de San Sebastián.

Estos interlocutores reconocieron que la interferencia de la Benemérita en la operación policial se produjo, pero indicaron que los efectivos que participaron en ella eran agentes de infomación que "siempre fueron los encargados de facilitar el soporte informativo a las acciones antiterroristas del Cuerpo Nacional de Policia", por lo que consideraron que su actuación se ajustó a lo que era normal dentro de las funciones asignadas a la Guardia Civil.

MALESTAR

Las continuas informaciones aparecidas en medios de comunicación sobre enfrentamientos entre la Policía y la Guardia Civil han generado malestar en el ministerio de Justicia e Interior.

Responsables de este departamento recazaron que ciertos sectores de la Policía estén haciendo una campaña de desprestigio de la Guardia Civil, en la que se inscribiría la implicación de miembros de la Benemérita en la trama de los GAL y en el `caso Lasa y Zabala' que está siendo investigado por una comisión mixta de ambos cuerpos.

Las filtraciones sobre la marcha de la investigación en este último caso molestaron especialmente a la Guardia Civil que aparecía como ejecutora de ambos etarras.

La hipótesis que manejan los responsables e Interior es que, al amparo de la situación de inestabilidad política del Gobierno, algunos ex miembros del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil han facilitado informaciones "con pocos visos de veracidad" a los medios de comunicación, con intención de sacar algún beneficio económico o para vengar rencillas personales.

Las fuentes consultadas también destacaron que fue el propio director de la Guardia Civil, Ferrán Cardenal, quién pidió al ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Bellch, que nombrara a Galindo asesor suyo.

Siempre según estas fuentes, no es cierto que la secretaria de Estado de Interior, Margarita Robles, hubiera rechazado la posibilidad de que Galindo trabajara en ese departamento. Robles no tiene ningún asesor con graduación militar y consideró más idoneo un destino en la Dirección General de la Benemérita donde, además, había una plaza libre a la que se adaptaba su prefil.

El ministro de Justicia e Interior consideran el destino de Galindo como definitivono como una fase intermedia a la espera de poder asignarle otras funciones.

Rodríguez Galindo tiene previsto entregar el fajín de general en el cuartel de Intxaurrondo en un acto de caracter íntimo, cuya fecha está aún por determinar.