José Barrionuevo y Rafael Vera ingresaron el pasado día 10 en la prisión de uadalajara, mientras que esta mañana los otros diez condenados que aún permanecían en libertad han ingresado en las cárceles que ellos mismos han elegido.

Los más madrugadores fueron los polícias Julio Hierro y José Ramón Corujo. El primero llegó a la carcel madrileña de Alcalá Meco a las 7,18 horas de la mañana y el segundo a las 9,50 horas, según fuentes de la prisión. José Ramón Corujo entró en un coche blanco, acompañado por tres familiares, que abandonaron la prisión unos minutos más tarde.

oco después, sobre las 10,00 horas, el ex policía Michel Domínguez acudió a la antigua cárcel madrileña de Yeserías (ahora denominada Centro Victoria Kent) y una hora más tarde, minutos antes de las once, ingresó en el mismo centro penitenciario el ex comisario José Amedo.

También sobre las 11 horas, con una diferencia de unos 10 minutos, ingresaron en la cárcel de Ocaña II (Toledo) el ex gobernador civil de Vizcaya Julián Sancristóbal y el ex jefe de la brigada de Información de Bilbao Miguel Planchulo. A su entrada en prisión, Sancristóbal confió en que el Gobierno resuelva pronto su situación, si bien subrayó que no quiere ser "moneda de cambio" para ninguna operación.

DAMBORENEA

Ricardo García Damborenea mantuvo oculto hasta última hora el destino elegido para cumplir los 7 años de cárcel que le impuso el Supremo. Finalmente, pasado el mediodía, y después de hacer circular la noticia de que ingresaria en el penal de El Dueso (Cantabria), se personó en la cárcel madrileña de Alcalá Meco, dond ya estaban Hierro y Corujo.

En cuanto al resto de condenados, Francisco Saiz Oceja ingresó a las 11 horas en la cárcel de Logroño y Luis Hens en el penal de Córdoba.

Finalmente, el que fuera jefe de la Seguridad del Estado Francisco Alvarez decidió ingresar en la cárcel barcelonesa de Cuatre Camins, a las dos y media de la tarde.

Con estos ingresos en prisión, los 12 condenados por el "caso Marey" cumplen ya sus respectivas penas de cárcel. Todos ellos confían en que el Gobierno resuelva co rapidez sus solicitudes de indulto y también esperan que el Tribunal Constitucional (al que la mayoría ha recurrido) paralice la ejecución de la sentencia.