Iruin manifestó que las familias tienen, por un lado, un sentimiento de "satisfacción al haber conseguido el objetivo de estos once últimos años, que es el hallazgo de los cuerpos", y por otro un sentimiento de "profunda tristeza, dolor y profundo dramatiso hasta que se ha llegado a la conclusión definitiva de que se trataba de sus familiares".

Según el abogado, los familiares de Lasa y Zabala daban por supuesto que no se iba a encontrar a los jóvenes con vida, "pero la constatación definitiva siempre es dolorosa".

Iruin destacó que la primera confirmación de que los dos cadáveres que se encontraban en el depósito de Alicante pudieran pertenecer a los presuntos miembros de ETA desaparecidos se tuvo hace un mes y que desde entonces han trabajado cojuntamente con la Fiscalía de la Audiencia Nacional y miembros de la Policía Judicial adscritos a la Audiencia Provincial de Alicante.

El abogado de la acusación particular confirmó que las investigaciones realizadas no se iniciaron por las declaraciones efectuadas por los ex policías José Amedo y Michel Domínguez.

La confirmación de que los cadáveres encontrados en el depósito alicantino eran los de Lasa y Zabala fue realizada, a instancias de las familias, por el antropólogo forense Francisco Eheverría, mediante un estudio de la zona ósea dental. El forense determinó que ambos jóvenes fallecieron por disparos en la cabeza tras ser torturados.